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Goblinburgo. Ciudad de Goblins.

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Fasa_Ape
(@fasa_ape)
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A menudo me preguntan: ¿Patricio, por que Goblimburgo es una monarquía absoluta parlamentaria ilustrada?.

Bueno, esta historia, empezó hace dos años, cuando aún éramos una comuna anarco democrática sin opción de voto.

En esa época, los ministros nos hacíamos llamar arcontes y dirigiamos Goblinburgo con un poco menos de disimulo.

Por supuesto, esto era un coñazo, teniamos que atender peticiones, ir a desfiles, besar bebes, y sobrevivir a intentos de asesinato.

Una característica particular de nuestra especie, es la ambición. Todo el mundo quiere ganar un sueldazo y no dar un palo al agua, por supuesto, otra característica de nuestra especie es, la oligofrenia profunda, debido a los gases del pantano, o eso dicen los elfos ¿pero que sabrán esa panda de abraza árboles?.

La cuestión es que, cuando un goblin quiere algo, se centra mucho en ello, e ignora todo lo demás.

Por ejemplo, los árbitros de garrapato ball, son los únicos que se han leído las reglas del juego e insisten en hacerlas cumplir, por desgracia para ellos, es más divertido dirpararle un trabuco naranjero en plena cara a otro goblin mientras te olvidas de la pelota.

La cuestion es, que los ministros viviamos muy estresados, todos los dias, sobreviviamos a no menos de diez intentos de asesinato.

Eso nos llevó a crear la monarquía. Necesitábamos algo que distrajera la atención de los goblins más obsesivos y simples, no de todos claro, ya que la sucesión de los ministros, como dicta la tradición, debe ser por defunción y debe garantizarse que solo los goblins más astutos ostentan el cargo.

Tras una semana de arduos debates, que dejaron a Remigio Ranasverdes en silla de ruedas, decidimos un cambio de rumbo político que mejoró aún más la vida En Goblimburgo.

De esta forma, la mayoría de goblins, intentan cumplir sus sueños de sueldazos y no dar un palo al agua, asesinando al rey y luego comiéndoselo, (aunque esa parte nos la inventamos por las risas) olvidando quién manda aquí realmente.

La monarquía, nos permitió a los arcontes, ahora ministros, centrarnos en lo realmente importante. Juntar cosas brillantes y engordar.

Lo que demuestra una vez más, lo mucho que los ministros nos preocupamos del bienestar goblin, y porque el sistema político de Goblinburgo es tan perfecto.

Esta publicación ha sido modificada el hace 2 años por Fasa_Ape

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Fasa_Ape
(@fasa_ape)
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Una de las características más importantes de una civilización es la religión.

Esta dicta códigos de conducta, inculca civismo y buenas intenciones.

Los goblins, como una sociedad avanzada y dinámica, por supuesto que tenemos religión propia, por mucho que los elfos digan lo contrario (al menos a nosotros, una panda de abogados no nos han prohibido rezar a nuestro creador, chuparos esa abraza árboles).

Como a mi la religión me la trae floja y estoy limándome las uñas de los pies, voy a cortar y pegar aquí algunos de los pasajes más importantes de nuestro libro sagrado.

 

GENESIS. PRIMER LIBRO. PRIMER RENGLÓN.

Un martes, a primera hora de la mañana, entre las diez y las once, a la hora del bocadillo, Dios dijo: Que se haga la luz. 

Y la luz fue y se hizo.

Y Dios dijo: Que se hagan los goblins. 

Y los goblins se hicieron.

Y Dios dijo: Bua, pa que mas, esto es el sumun de la creación, después de esto, todo es decadencia.

Y por eso, todo lo que hizo después son chapuzas.

Creó a los elfos, que se ríen de nosotros, creó a los gatos, que nos dan miedo y creó el brócoli, que directamente es malo.

¡¿Dios, por que nos odias?!

 

LIBRO DE LAS REVELACIONES.

CARTA DE SAN RUERTO A LOS GAMUSINOS.

Y en verdad yo os digo. Obedecer en todo a los arcontes (este es el texto tradicional, en las nuevas versiones se ha cambiado por ministros). Los arcontes son el mejor invento desde el ajo-pringue, Los arcontes son maravillosos, los arcontes, para nada han escrito esta carta, ni os están intentando engañar, los arcontes os quieren mucho y si pudieran, os darían un besito de buenas noches a todos, y para nada os están aplicando impuestos que se acaban de inventar, ni os estafan, ni mucho menos están intentando vender a vuestros hijos a un circo.

 

EVANGELIOS. Pi 3,14.

Y así, Onorato, nuestro señor, recibió martirio, y fue atropellado por un carro de nabos, y sus últimas palabras fueron:

-Perdónalos padre, porque no saben lo que hacen, les he dicho cien veces que usen los frenos-.

Pero al tercer o cuarto dia, resucito, con una resaca del quince, y ascendió al reino de los cielos diciendo:

-Ahí os quedáis, cenutrios, me voy a por tabaco.

Y otro carro de nabos lo atropelló dejando muy poquita cosa.

 

Ya he terminado de limarme las uñas. Como se puede ver, nuestra religión es compleja y llena de matices y ofrece las enseñanzas que todo goblin de bien debe seguir.

La religión es muy importante para los goblins, por eso, a lo mejor un día de estos, construimos una iglesia.

Esta publicación ha sido modificada el hace 2 años 2 veces por Fasa_Ape

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Donchaves
(@donchaves)
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Uno de los días más importantes de la vida de todo goblin  en Goblinburgo es el día de la madre. Otras razas tienen días como el samhain o como se diga, la navidad, san paquirrín… celebraciones banales comparadas con la celebración de la vida. ¿Es acaso eso inferior a celebrar a un señor que vive en el norte del mundo o que la bola de fuego del cielo le de por medio morise? já. La gran cultura goblin está a años luz de ellas

 

Y es que la vida de todo goblin comienza surgiendo de las entrañas de una oronda matriarca goblin, la cual normalmente suele ser breve si no le da por convertirte en uno de sus aperitivos o es apuñalado por otro de sus amorosos hermanos. Ah, cómo recuerdo cuando le saqué los ojos a mi hermano gemelo antes de dejárselo como mi primer regalo a mamá, aún tengo lágrimas de nostalgia de mi querido hermano Chidalberto.

 

Si usted se pregunta ¿Y el dia del padre goblin para cuándo? oh, buena pregunta pero realmente no es necesaria ya que para asegurar el éxito de la procreación éste es devorado también por su amantísima pareja, comenzando por arrancarle la cabeza de manera ritual. ¿No dicen que dar la vida por amor es lo más bonito que hay?   

 

Pero todos los goblins nos afanamos en acaparar cachivaches para nuestras mamis. Las baratijas más valoradas son aquellos objetos de la gente grande a la que llaman humanos. Los grandullones nos la ofrecen en sus mesas, o arrojando las cosas  al suelo. Somos tan eficientes que se preguntan dónde ha caído ese palito de hacer garabatos o ese brillante tornillo que tanto necesitaba , jejeje. Tarde señor mio ¡Ya está requisado too en Goblinburgo!  

 

Y nuestras mamás los reciben con amor y entusiasmo, o al menos paran de comerse a sus retoños revoltosos, que es algo fundamental. !Todos ganamos en goblinburgo mientras nos echamos unas risas con la gente grande y con el primo que acaba de tentempié de su madre!

 

¡Que gloriosa es Goblinburgo!


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Fasa_Ape
(@fasa_ape)
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Son primeros de mes, todos hemos cobrado, así que es hora de hablar de impuestos.

Gracias a los impuestos, podemos mantener el elevado estado del bienestar de Goblimburgo.

Así, mantenemos nuestra enseñanza pública, una de las mejores del continente, y un servicio de enterradores de primer nivel (antes teníamos sanidad universal, pero que nuestros médicos se formarán en nuestra enseñanza pública, nos hizo ver las ventajas de un buen entierro).

A principio de mes, antes de que los goblins se lo dejen todo en el bar, la hermandad del puño cerrado, también llamados agencia tributaria, salen en manada a saquear, perdón, a recaudar.

La técnica es sencilla, los inspectores, se esconden con una orden de inspección, su nombre técnico es palo o garrote, según lo bestia que sea el inspector. 

Cuando la víctima, perdón, contribuyente, está desprevenida, el inspector salta sobre ella blandiendo su orden de inspección o palo, después procede a golpearle, amistosamente, por debajo de las rodillas. Cuantos más impuestos tenga que pagar el goblin en cuestión, más palos se lleva y cuanto más alto grita más tiene que pagar. 

Entre los impuestos que más se pagan avitualmente, están el de, por llevar los pies sucios, el de por respirar ruidosamente por la boca y el de por mirar fijamente sin parpadear como un idiota. Nosotros no tenemos la culpa de que los goblins insistan en hacer todas esas cosas por encima de sus posibilidades. 

Esa es la razón, por la que ha surgido un lucrativo negocio de compra venta de patas de palo, producto que los mismos inspectores suministran por un módico precio. (En otra ocasión hablaremos de ello).

Sí, ya sé lo que vais a decir, que si es una animalada, que si somos unos ladrones ¡pues no!.

El sistema está ideado para que, aquellos que tienen gota, lo que quiere decir que están bien alimentados y por lo tanto forrados, paguen más, además, es la forma de evitar la morosidad, ya que entre las múltiples virtudes que adornan a los goblins, no se encuentra la generosidad, vamos ¡que son unos tacaños y unos agarrados que no miran por el bien común!. 

El sistema de recaudación de Goblinburgo, es perfecto y equilibrado, y garantiza que todos aporten lo justo a las arcas de los ministros, perdón, de la ciudad.

¿Que si los ministros pagamos impuestos? bueno, por aquí somos los únicos que tienen gota, pero por alguna razón, a nosotros nadie.... nos da con un palo.

 

Lo prometido es deuda Higo.

Esta publicación ha sido modificada el hace 2 años 5 veces por Fasa_Ape

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Fasa_Ape
(@fasa_ape)
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Hoy vamos a hablar de la lotería.

Se trata de una tradición tan antigua como la propia Goblinburgo. Cuando los gemelos Romualdo y Ramon (de los que dicen que se amamantaron de un perro pequeño) fundaron la ciudad.

Todo empezó durante la guerra de la fiebre del oro. 

Por alguna razón, alguien hizo correr el rumor de que todos los enanos tenían los dientes de oro, lo que lanzó a los goblins a una orgia de saqueos y apertura de clínicas odontológicas como nunca se había visto antes, haciendo que Goblinburgo pareciera la consulta de un dentista despues de navidad.

Esa situación, duró hasta que, el ratoncito Perez, el hada de los dientes y otros carroñeros, decideron demandar a la ciudad por intrusismo laboral.

Por supuesto, ya terminada la guerra y los saqueos, nos vimos inundados de dientes de oro y sobre todo de dientes no de oro, donados de forma voluntaria obligatoria.

Ante esta acumulación, y llevados por el sentido común goblin,se decidió sortear el remanente.

A día de hoy, la lotería es uno de los acontecimientos más destacados en nuestro calendario.

Si, sabemos que los humanos hacen algo parecido en Diciembre, y los elfos en Noviembre (creo que el premio son piñas, y lo celebran bebiendo agua ¡malditos abraza árboles! creo que nadie les ha dicho que es donde mean las ranas. Yo no voy a ser quien se lo diga).

De cualquier manera, nosotros hacemos nuestro sorteo en Junio, para poder irte de vacaciones con el premio.

El día 18, muy temprano, bajo grandes medidas de seguridad, se sacan los bombos, para meter las bolas, y a los pobres huerfanitos de San Judas, encargados de cantar los número (esos adorables pequeñines creen que siempre son fallas y nadie quiere que le queme la casa).

Por desgracia, he de comunicar, que este año, el sorteo ha quedado sin ganador.

Cuando Fermín Panzas, el pobre huerfanito encargado de cantar el premio, se disponía a extraer el número ganador, amablemente invitado por la lanza  del presidente de mesa, Don Eugenio Trampa.

El gato,sí, el mismo que se llevó al Rey Ramiro Aliento Gato (no hemos tenido tiempo de desgatificar, estábamos ocupados recaudando impuestos) se llevó al pobre y pequeño Fermín justo cuando tenía la bola en la mano.

Pobrecito, Fermin no, el gato.

A si que, este año por desgracia, no tenemos ganador de la lotería, aunque da igual, total, al final siempre termina ganando el ministro de hacienda....

Esta publicación ha sido modificada el hace 1 año por Fasa_Ape

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Fasa_Ape
(@fasa_ape)
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Aunque Goblimburgo es internacionalmente conocida por su mercado de nabos, el auténtico motor de la poderosa economía local, no es otro que el diseño y fabricación de armas.

Lo que diferencia nuestra industria armamentística de la de esos malditos elfos, es la innovación.

Aparte de los consabidos palos afilados, espadas, garrotes, cataplultas, cera de depilar y piedras atadas a cosas, nos especializamos en la más alta tecnología al servicio de hacer mucho ruido y matar mucho.

Clara muestra de ello es el rifle blaster, un arma que lanza rayos y muchas luces, con una cadencia de muchos pums por segundo, aunque al disparar nunca nadie a sido capaz de acertarle a nada, ni disparando a dos metros, sigue siendo la cosa de matar favorita de cierto imperio, galáctico dicen que se llama.

Tambien fabricamos motocarros o también llamados mototanques, y no, para nada es una copia de esas cosas que hacen los enanos, son unos trastos blindados fenómenos, hacen de todo (cuando arrancan), cuentan con un motor alimentado con arena de Ancar (no importa el color).

Esta maravilla de la ciencia goblin avanza a una velocidad de seis kilómetros hora por carretera y por campo través a veces anda, también es cierto, que aún no tenemos muy desarrollado el sistema de escape del motor y que por lo general las tripulaciones mueren ahogadas, y que de vez en cuando el motor se calienta, incendiando la  munición, lo que inevitablemente termina en un pum muy grande, pero, a quién le importan esos detallitos cuando puedes tener veinte toneladas de buen acero goblin en medio del campo de batalla.

En la actualidad, nuestros ingenieros están trabajando en un trasto de destrucción masiva realmente maravilloso. Se trata de un mortero, con un alcance efectivo de noventa metros, dispara un proyectil de cien kilos de explosivo, el área de efecto de cada esplosion es de trescientos metros, así que aún no hemos conseguido que quien dispara el mortero sobreviva a la experiencia, aunque es un detalle sin importancia. Nuestros ingenieros se lo pasan en grande probandolo (menos cuando les toca a ellos dispararlo).

También fabricamos minas anti persona, en todos los tamaños, formas y colores, aunque en ese campo no somos rival para otras empresas, como la Iglesia del pacifismo universal.

Aunque los elfos dicen que nuestras armas son más peligrosas para quien las empuña que para el enemigo, no es mas que la típica envidia élfica y no son más que habladurías. Nuestras armas tienen un gran potencial en relación calidad precio, por eso dominamos el mercado.

¿Que por qué nuestro ejército no usa nada de lo que fabricamos? Bueno,  es por que a los goblins, como cultura, no nos gusta abusar y como siempre nos ha costado aceptar los cambios y avances tecnológicos, nos sentimos más seguros delante de una de nuestras armas que detrás.

Por cierto, aceptamos pedidos.

Esta publicación ha sido modificada el hace 1 año por Fasa_Ape

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salvidormale
(@salvidormale)
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Un tema muy necesario. Esto es lo que estaba buscando.


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Fasa_Ape
(@fasa_ape)
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Ha llegado a mis oídos que sois una pandilla de ignorantes, desconoceis por completo las nociones más básicas del civismo y los refinamientos de la civilización Goblin, vamos que no sabéis nada de nuestro deporte rey.

Por eso, hoy hablaremos de los orígenes y reglamento del Garrapatobol. Ese deporte al que juegan un garrapato contra veintidós goblins y no gana nadie, porque el árbitro siempre lo anula.

El Garrapatobol es realmente antiguo, ya en tiempos de Romualdo y Ramon (fundadores de Goblimburgo) se usaba el reglamento como tope de puertas y para calzar mesas cojas.

Utilizado originalmente para pastorear obejas, no fue redescubierto como deporte hasta hace unos cien años.

El reglamento fue encontrado durante unas obras de reforma en el palacio real, cuando una cuadrilla de obreros derribó un muro que no estaba en el área a reformar, dejando al descubierto una cámara sellada desde los tiempos de Mari Castaña (una reina mítica de la antigüedad). Que el muro cayera por casualidad encima de el rey Cegismundo Orejas y que la momia de Mari Castaña fuera hallada en la cámara sellada, son detalles sin importancia y no le importan a nadie.

El caso es, que cuando alguien que sabía leer hizo público el reglamento, una ola de entusiasmo recorrió la ciudad y rápidamente se fundó el primer equipo, el llamado Los Ultra Poderosos y Alucinantes Superiores, o L.U.P.A.S.

Claro, a esto no se puede jugar con un solo equipo, pero todo el mundo quería ser un L.U.P.A.S.

Tras seis semanas de debates y negociaciones al mejor estilo goblin, lo que incluyo batallas campales, incendios, saqueos y la destrucción del ochenta por ciento de la ciudad (más o menos como todos los fines de semana pero con menos borrachos) se fundaron los Topos de los Pantanos y las Ratas de Goblimburgo, equipos que representan lo mejor del juego limpio y deportividad goblin.

Ya analizados los orígenes históricos de nuestro amado deporte, pasaremos a hablar del reglamento.

Una vez los equipos fueron fundados, llegó el momento de jugar el primer encuentro, dos minutos después de empezar, se llegó a tres conclusiones.

Primera: en principio, el balón era una oveja, de esos bichos míticos en Gobimburgo nunca hemos tenido, por lo tanto faltaba el balón y desmembramientos.

Esto se soluciono fácilmente tirando al campo al garrapato más violento y lleno de dientes que se pudo encontrar.

Segundo: al juego le faltaba dinamismo, agilidad, emoción y cosas afiladas.

Tres: solo los goblins, más fanáticos, obsesivos y apestosos quieren ser árbitros.

Lo que irremediablemente llevó a una de las partes más importantes de nuestro amado deporte, noquear al árbitro.

Aunque esto puede parecer un capricho, es la parte más importante, ya que determina la duración del encuentro.

Los árbitros son seres malignos, totalmente obsesionados con el reglamento y que detendrán o anularán el encuentro cada vez que vean una transgresión de las reglas (cabe destacar que los únicos que las conocen, son ellos).

Es importante sacudir bien al árbitro, a nadie le gusta un partido que dura dos minutos ni uno excesivamente largo, como aquella vez que el partido duró seis meses, hasta que se llegó a la conclusión de que el árbitro estaba muerto ya que seis meses es mucho sueño para un goblin adulto. Aun a dia de hoy, no se sabe si lo mató el golpe en la nuca del pitido inicial, que le pasara por encima la apisonadora de las Ratas de Goblimburgo en no menos de diez ocasiones, o que resbalara y cayera veinte veces encima de un cuchillo que habia por alli.

¿Cómo se marcan tantos? Bueno, en principio se trata de pastorear al garrapato hasta la línea de gol del contrario, pero ¿a quién le importa eso cuando puedes dedicarte a repartir juego?.

En conclusión, el Garrapatobol es un deporte fenomenal que no solo entretiene, además fomenta la deportividad y la cohesión social.

Por eso aún que nunca tenemos un ganador claro, el partido de Garrapatobol es una tradición desde hace cien años y por eso la vida en Goblimburgo es tan maravillosa y perfecta.

Aún que seáis humanos, podríais montar un equipo y venir a jugar con nosotros (para añadir variedad) seguro que por lo menos nosotros nos lo pasamos muy bien. 

Esta publicación ha sido modificada el hace 1 año por Fasa_Ape

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Fasa_Ape
(@fasa_ape)
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Aunque son bien conocidas nuestras buenas relaciones diplomáticas con esos malditos envidiosos de los elfos ¿que opinión tenemos los Goblins de los pardillos, perdón, Humanos?.

Bueno, quiero iniciar esta disertación con una aclaración.

Aunque en algunos círculos malintencionados (si esos humanos raros de oriente) se nos acusa de cometer violaciones de humanas, elfas y cabras, ¿ESO ES MENTIRA? Esos repugnantes pervertidos sexuales humanofilicos, nos llenan de vergüenza, son unos marginados sociales y además no existen.

Aclarado este punto.

Ya antes de la fundación de Goblimburgo, nuestras relaciones con los humanos siempre han sido completamente amistosas y correctas.

Que cuando los visitamos,  a veces, nos llevemos sus tartas, animales, cosas que brillan y que de vez en cuando, o siempre, sus granjas terminen en llamas, no es por mala fe, es que los humanos no estáis preparados para nuestro carisma y la forma correcta de hacer las cosas (¿porque no decirlo?) no tenemos la culpa de que os lo toméis a mal.

Si no os gusta iros del pantano, ¡HOMBRE YA! si es que los humanos me sacáis de quicio, todo el dia quejandoos, es que le haces hablar mal a uno.

ejem, perdón por el exabrupto.

A lo que iba. Quiero aprovechar esta ocasión para mencionar que:

Si ahora contratais un seguro contra saqueos equis plus, no podemos garantizar que buestra granja no sea arrasada por:

1: choque accidental con una antorcha.

2: la amistosa visita de media docena de goblin en pleno síndrome de abstinencia de azúcar.

Contratando este fantástico seguro ahora, contribuis a que un ministro goblin condenado al semilujo, pueda instalar en su casa la grifería de oro que ha visto esta mañana en el folleto del emporio enano.

Si has recibido esta carta, los chavales se pasarán esta tarde entre las 6 y las 8 (dependiendo de si han parado a merendar) estas a tiempo de contratar tu seguro.

Ahora, como regalo te puedes quedar un pobre huerfanito de San Judas para tu granja.

Esta publicación ha sido modificada el hace 12 meses 2 veces por Fasa_Ape

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Fasa_Ape
(@fasa_ape)
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Como es bien sabido, la sociedad goblin es sin duda la más moderna y avanzada (dentro y fuera de Goblimburgo).

Nuestros ingenieros son conocidos y valorados internacionalmente, tener tal cantidad de genios por metro cuadrado aveces lleva a situaciones desagradables, siempre están con que si ese me a copiado los planos, que si ese otro se a comido mi bocadillo aún que llevaba mi nombre, vamos que son unos egoístas egocéntricos y solo trabajan cuando vas a verlos con un látigo.

En definitiva, que inexplicablemente resulta imposible tenerlos contentos a todos, lo que nos lleva al desagradable asunto de la fuga de cerebros, algo que no está nada bien, ya que a nadie le gusta que esos envidiosos de los elfos tengan trabucos naranjeros si no se los vendemos nosotros.

¿Cómo evitamos el transfuguismo? bueno, fieles a nuestro espíritu pacifico y dialogante, por lo general arreglamos estas cosas por las buenas, enviamos cartas a esos asquerosos traidores, perdón, encantadores, aunque equivocados ingenieros.

La carta tipo que solemos enviar es la siguiente:

-Te saludamos y esperamos estes bien, te escribimos estas líneas, para recordarte que eres hijo y súbdito de Gobingurgo, vale que de vez en cuando te dan alguna patada, o te obligan a probar algún cacharro potencialmente letal, pero ¿donde vas a estar mejor que aquí? las cosas brillantes que te puedan ofrecer no valen la pena comparado con lo bien que se vive en Goblinburgo. 

Nos despedimos no sin recordarte que, sabemos donde vives, no nos obligues a ir a buscarte, además tenemos rehenes y estamos mu locos.

Con cariño los ministros.-

Como se a visto, los goblins lo arreglamos todo hablando y por las buenas, que días antes de que estas cartas lleguen a su destino los destinatarios hayan tenido desafortunados accidentes mortales, no es culpa nuestra, es que los ingenieros goblin, cuando salen de Goblinburgo, se aficionan a usar zapatos de cemento y dormir debajo del agua.

Saber atraer y retener el talento, son las razones por las que Goblimburgo es una potencia mundial, y por eso es tan maravillosa y perfecta.

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Fasa_Ape
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Desde tiempos inmemoriales, los goblins han alzado la vista hacia el cielo nocturno, y ante el brillo de las estrellas, han dicho: yo quiero eso pa mi.

Ya en la era de la fundación de Goblinburgo, se llevaron a cabo valientes intentos para alcanzar el espacio, como el de Paquito Chillidos, el primer goblinauta de la historia, que tras convencer a un ogro para que le ayudara (en realidad le dijo cosas muy feas sobre las costumbres y usos sexuales de su madre) fue pateado, convirtiéndose de esta manera en el primer goblin en volar (al menos hasta que se estrelló contra un cactus) demostrando que el sueño de alcanzar las estrellas es posible.

En los años que le sucedieron, hicimos grandes avances, como la invención de la catapulta, que pese a ser un buen medio de transporte (sobre todo para gente a la que no quieres volver a ver) debido a su tiro parabólico no es adecuada para lo que se esperaba de ella.

Esto nos llevó a la invención del tirachinas, una potente máquina de tiro tenso, perfecta para su función (creemos que funciona, ya que aún no ha vuelto ninguno de los goblinautas que lo han usado).

No contentos con esta maravilla y fieles a nuestro espíritu innovador, hoy lanzamos el cohete Pancracio IV, un cacharro de la más alta tecnología y lleno hasta arriba de ankhar del que hace ¡PUM! Cuenta con todas las medidas de seguridad y una tripulación de dos goblinautas que van cómodamente atados a la punta del cohete.

Aun así, aun no estamos satisfechos ¿cuando alcanzaremos nuestros objetivos? cuando los vagos de nuestros ingenieros inventan un medio seguro para que un ministro pueda ir y volver del espacio, reclamar las estrellas y bajarse tres o cuatro de las más brillantes para guardarselas en su casa y que esos envidiosos de los elfos no las puedan robar.

 

Discurso del rey Ambrosio Mocopabo antes de morir churruscado por el chorro de ignición del cohete. El artefacto, al alcanzar los seiscientos metros de altitud explotó, aún así, lejos de considerarse un fracaso, impulsó aún más la carrera espacial goblin, ya que nunca antes se habían visto unos fuegos artificiales tan bonitos.

¡¡Feliz Navidad!!.


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Omarelmanco
(@omarelmanco)
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Supongo, amigos que muchos os habréis preguntado cómo es la Nabidad en Goblinburgo, no, no nos hemos equivocado, es Nabidad, con “B”.

Eso, viene dado por la costumbre de regalar nabos gigantes podridos a ese cuñado que todo lo sabe, a esa madre, que no para de preguntar… -¿Para cuándo la boda? Y así a todos los familiares y amigos que merecen todo nuestro cariño y afecto. Para aquellos que más amor merecían, los nabos iban rellenos con aquello que más pudiera amenizar las reuniones familiares, como cepos para oso, explosivos, e incluso plantas carnívoras, entre otros.

También son comunes los juegos de la feria que se realizan en la plaza mayor de Goblinburgo, como coger setas con la boca, que flotaban en un barril del mejor ron Goblinburgués, juego que ganaba, obviamente,  el que mordiera la seta venenosa, siendo finalista al día siguiente, quien sobreviviera (literalmente) a la resaca producida por la ingesta de ron.

Otro ejemplo de estos juegos familiares, son las carreras de sacos, que consisten en, como todo el mundo sabe, meterse en un saco y correr una pequeña distancia en el menor tiempo posible, con la salvedad que en Goblinburgo, para darle más alegría, los sacos van llenos de abejas.

Amén de estos juegos, también son de mencionar las atracciones, como el tren de la bruja, que convierte en boñiga de vaca al niño que más grite. La noria, la cual tiene uno de los asientos trucado para que se abra en lo más alto, precipitando a sus ocupantes al vacío, lo que provoca las risas de los demás. El “tira a la cara”, que consiste en arrojar un garrapato a la cara de un ciudadano que está atrapado en un cepo, y así otros muchos a cada cual más divertido que el anterior.

Lamentablemente, esta tradición ha de ser cambiada por orden del alcalde, dice que las arcas públicas no dan abasto a pagar los costes sanitarios, que 426 brazos tuvieron que ser recuperados de las fauces de las plantas regaladas y que la sociedad “Ningún verde vale más que otro” le quería denunciar por maltrato a la “población vegetal” de Goblinburgo, porque las plantas, carnívoras o no, también tienen derechos, y que también los de “Adopta un Garrapato” se habían molestado, porque uno de ellos casi se parte un diente por mordisquear la cara de alguien.

¿Esto recibirá la aprobación de los cultivadores de nabos? ¿Tal vez la solución sea recaudar con más insistencia? O ¿Es hora de nuevas elecciones? Quien sabe.


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Omarelmanco
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Supongo, amigos que muchos os habréis preguntado cómo es la Nabidad en Goblinburgo, no, no nos hemos equivocado, es Nabidad, con “B”.

Eso, viene dado por la costumbre de regalar nabos gigantes podridos a ese cuñado que todo lo sabe, a esa madre, que no para de preguntar… -¿Para cuándo la boda? Y así a todos los familiares y amigos que merecen todo nuestro cariño y afecto. Para aquellos que más amor merecían, los nabos iban rellenos con aquello que más pudiera amenizar las reuniones familiares, como cepos para oso, explosivos, e incluso plantas carnívoras, entre otros.

También son comunes los juegos de la feria que se realizan en la plaza mayor de Goblinburgo, como coger setas con la boca, que flotaban en un barril del mejor ron Goblinburgués, juego que ganaba, obviamente,  el que mordiera la seta venenosa, siendo finalista al día siguiente, quien sobreviviera (literalmente) a la resaca producida por la ingesta de ron.

Otro ejemplo de estos juegos familiares, son las carreras de sacos, que consisten en, como todo el mundo sabe, meterse en un saco y correr una pequeña distancia en el menor tiempo posible, con la salvedad que en Goblinburgo, para darle más alegría, los sacos van llenos de abejas.

Amén de estos juegos, también son de mencionar las atracciones, como el tren de la bruja, que convierte en boñiga de vaca al niño que más grite. La noria, la cual tiene uno de los asientos trucado para que se abra en lo más alto, precipitando a sus ocupantes al vacío, lo que provoca las risas de los demás. El “tira a la cara”, que consiste en arrojar un garrapato a la cara de un ciudadano que está atrapado en un cepo, y así otros muchos a cada cual más divertido que el anterior.

Lamentablemente, esta tradición ha de ser cambiada por orden del alcalde, dice que las arcas públicas no dan abasto a pagar los costes sanitarios, que 426 brazos tuvieron que ser recuperados de las fauces de las plantas regaladas y que la sociedad “Ningún verde vale más que otro” le quería denunciar por maltrato a la “población vegetal” de Goblinburgo, porque las plantas, carnívoras o no, también tienen derechos, y que también los de “Adopta un Garrapato” se habían molestado, porque uno de ellos casi se parte un diente por mordisquear la cara de alguien.

¿Esto recibirá la aprobación de los cultivadores de nabos? ¿Tal vez la solución sea recaudar con más insistencia? O ¿Es hora de nuevas elecciones? Quien sabe.


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Omarelmanco
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Supongo, amigos que muchos os habréis preguntado cómo es la Nabidad en Goblinburgo, no, no nos hemos equivocado, es Nabidad, con “B”.

Eso, viene dado por la costumbre de regalar nabos gigantes podridos a ese cuñado que todo lo sabe, a esa madre, que no para de preguntar… -¿Para cuándo la boda? Y así a todos los familiares y amigos que merecen todo nuestro cariño y afecto. Para aquellos que más amor merecían, los nabos iban rellenos con aquello que más pudiera amenizar las reuniones familiares, como cepos para oso, explosivos, e incluso plantas carnívoras, entre otros.

También son comunes los juegos de la feria que se realizan en la plaza mayor de Goblinburgo, como coger setas con la boca, que flotaban en un barril del mejor ron Goblinburgués, juego que ganaba, obviamente,  el que mordiera la seta venenosa, siendo finalista al día siguiente, quien sobreviviera (literalmente) a la resaca producida por la ingesta de ron.

Otro ejemplo de estos juegos familiares, son las carreras de sacos, que consisten en, como todo el mundo sabe, meterse en un saco y correr una pequeña distancia en el menor tiempo posible, con la salvedad que en Goblinburgo, para darle más alegría, los sacos van llenos de abejas.

Amén de estos juegos, también son de mencionar las atracciones, como el tren de la bruja, que convierte en boñiga de vaca al niño que más grite. La noria, la cual tiene uno de los asientos trucado para que se abra en lo más alto, precipitando a sus ocupantes al vacío, lo que provoca las risas de los demás. El “tira a la cara”, que consiste en arrojar un garrapato a la cara de un ciudadano que está atrapado en un cepo, y así otros muchos a cada cual más divertido que el anterior.

Lamentablemente, esta tradición ha de ser cambiada por orden del alcalde, dice que las arcas públicas no dan abasto a pagar los costes sanitarios, que 426 brazos tuvieron que ser recuperados de las fauces de las plantas regaladas y que la sociedad “Ningún verde vale más que otro” le quería denunciar por maltrato a la “población vegetal” de Goblinburgo, porque las plantas, carnívoras o no, también tienen derechos, y que también los de “Adopta un Garrapato” se habían molestado, porque uno de ellos casi se parte un diente por mordisquear la cara de alguien.

¿Esto recibirá la aprobación de los cultivadores de nabos? ¿Tal vez la solución sea recaudar con más insistencia? O ¿Es hora de nuevas elecciones? Quien sabe.


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LordToldingale
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Esta mañana a ocurrido algo inédito en Goblinburgo.

El ministro de justicia, Evaristo Tres Teteras, al que, con cariño, todos llamamos Chorizón, debido a su pasión por el bocadillo de chorizo y su maestría de comérselo al tiempo que fabrica los suyos propios, ha sugerido la más terrible y ofensiva propuesta para un goblin de bien.

La elaboración y redacción de una Constitución.

¡Que sinvergüenza!

Es bien sabido, desde tiempos inmemoriales, de los que nadie se acuerda ya, que los goblins siempre hemos sido grandes defensores de la libertad. Ello supone dar guantazos, garrotazos, zalamerazos, gorrinazos, collejazos y cualquier otra clase de amor globin sin necesidad de reflejar por escrito este derecho fundamental.

A ello tenemos que añadir el propio coste personal que supondría semejante redacción a los ministros, invirtiendo nuestro valioso tiempo en ese papelucho cuando podemos estar cociéndonos en nuestros jacuzzis o contando los brilli-brilli de nuestros cajones.

Es por ello que los ministros nos hemos reunido para recordarle, al bueno de Chorizón, la más noble y antigua tradición de nuestra orgullosa historia. Armados con estacas, algunas con clavos y chinchetas, para darle más salsilla al asunto, le hemos propinado tal paliza que, antes de saltarle todos los dientes conseguimos oírle, entre lloros y balbuceos, como se retractaba de su propuesta, además de su deseo de dimitir como ministro de justicia.

Nosotros no pudimos más que apiadarnos del llorica de Chorizón, viéndolo allí tirado, sin ningún glamour, en un charco de mocos, lágrimas y “chorizos”. Por unanimidad hemos decido que su cargo se perpetue de por vida, y en caso de necesitar calibrar las estacas, él sería el elegido para tal alto honor.

Pues, en fin, que le vamos a hacer… si los goblins también tenemos nuestro corazoncito…


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