
«Los Teólogos» de Jorge Luis Borges
Sobre este relato, el maestro Borges dijo una vez «Yo imaginé hace tiempo un cuento fantástico, a la manera de León Bloy: un teólogo consagra toda su vida a confutar a un heresiarca; lo vence en intrincadas polémicas, lo denuncia, lo hace quemar; en el Cielo descubre que para Dios el heresiarca y él forman una sola persona.) Marco Aurelio afirma la analogía, no la identidad, de los muchos destinos individuales. Afirma que cualquier lapso —un siglo, un año, una sola noche, tal vez el inasible presente— contiene íntegramente la historia».
De una sola frase de Borges pueden desprenderse mil laberintos… Los estudiosos del maestro coinciden en que se empeñó en dilucidar los rincones de la eternidad y el papel del ser humano en su juego de enigmas. Mediante su prosa mágica, casi poética, nos ofrece una parodia del desarrollo del pensamiento en torno a nuestros filósofos y creencias, Borges juega con la erudición y el sarcasmo para esbozar el enfrentamiento entre dos sabios de tiempos remotos, en los que la victoria de un razonamiento sobre los otros no dependía tanto de lo que uno pudiera demostrar, sino más bien de los juegos de poder y persecución de unas creencias sobre otras. Algo que resulta un tanto irónico desde la lupa de los propios dioses, donde probablemente, todos los hombres son un mismo hombre, y toda la humanidad es una sola Humanidad en sus logros y en sus fracasos.
Montaje y selección musical > de Mario Cibreiro Robles