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La Comarca de Arenalis.

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Higo Chumbo
(@higo-chumbo)
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Saludos damas y caballeros, esta pequeña introducción es para dejar claro que este es un intento de "world building", es decir un mundo con sus elementos y sus reglas donde podéis desarrollar vuestros relatos. Estos elementos que defiende el mundo los iré  desarrollando a modo de crónica en futuras publicaciones, como la que sigue a este mensaje. Huelga decir que han de ser respetados para crear entre todas sus mercedes una coherencia  estable. 

Con esto o invito a participar en este mundo que os propongo y a que os animéis a descubrir los misterios y las intrigas que yacen en la siniestra Comarca de Arenalis. 

(MAPA ADJUNTO ABAJO) 

Este tema fue modificado hace 4 semanas 2 veces por Higo Chumbo

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Higo Chumbo
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R E L A C I  Ó N 

DEL  VIAGE  QUE 
AMBROSIO  DE  MORALES
 
POR MANDADO DE S. M.  D. PHELIPE II, A LOS REYNOS  DE LEÓN Y  GALICIA  y PRINCIPADO DE ASTURIAS, PARA RECONOCER LAS RELIQUIAS  DE  SANTOS, SEPULCROS REALES  Y LIBROS MANUSCRITOS  DE LAS CATHEDRALES  Y MONASTERIOS.   
 
EL  AÑO  DE  M.D.LXXII 
EN SU PASO POR LA  COMARCA  DE  ARENALIS. 
 

 

ARENALIS. 

Tras recibir el real nombramiento,  comencé el santo Viage desde Alcalá de Henares, al principio de septiembre del año 1572.   Fui a encontrar con el Doctor Blasco, que venía de Madrid, en Villarejo de Salvanés.  Allí me señaló la Cédula y me encomendó que empezara la crónica  en la comarca vecina. No me quiso dar más instrucción aunque yo se la pedí. Solamente le propuse que mandaría cartas a todas las iglesias y monasterios  y donde hallase referencias de interés acudiría allí. Pareciole bien que así se hiciese, y en particular que trajese mucha  relación de la Cueva Ermita cercana a la Abadía de Santa Melania la Vieja, donde yacen reliquias de gran devoción . También se trató de que trajese averiguación de los restos de San Cipriano que se entendía estaban en  la Cathedral Blanca de San Basilio. 

Con esto comencé mi viage  hacia la Comarca de Arenalis. 

ARENALIS. 

Saliendo del Mercado de Salvanes hacia el oriente, se va por un Valle arto ancho y salpicado de colinas. 

Llegados a un punto tuerce el camino sobre  la mano derecha acostando del todo  un pequeño sendero, que también es fresco y ancho;  las dos colinas  que  lo cierran van creciendo en altura y estrechando el camino hasta terminar en un gran desfiladero que abre a sus pies a un extenso y hacho valle, salpicado grandes arboledas. El camino tuerce con vueltas por el desfiladero hasta  llegar a un pequeño lugar en la rivera del Tajo.   Una fortaleza de la orden de Santiago se alza sobre un poblado  que se extiende por la rivera. 

Pasamos la noche en el  poblado donde los freyles milites de Santiago nos trataron muy generosamente. El comendador, D. Jose Barriga,  nos advirtió de los rumores que pesan sobre el lugar al que nos dirigimos.  Según parece   Hechiceros, cabalistas, nigromantes, astrólogos y alquimistas son vecinos habituales de  las villas de Arenalis. Pues vienen atraídos por el refugio de murallas que toleran  sus prácticas nefandas. Pero sobre todo por las historias de un pasado herético plagado de ritos nefandos  y pactos nefistofélicos desde los antiguos romanos , volviéndose  estas tierras más afines  a este tipo de prácticas.  

Toda la provincia está dividida bajo  las administraciones de 3 villas, una abadía y un monasterio. 

Dejamos la barcaza paralelos a un camino que deja sobre la mano izquierda al río. Anduvimos  derecho a través del arbolado durante más de una milla hasta llegar a un claro donde se alza la Villa Blanca de Arenalis. El camino sigue derecho hasta la Abadía de Santa Melania la Vieja, pero antes hay un ramal que tuerce y baja hasta un pequeño bosque de ribera.

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Higo Chumbo
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La villa Blanca de Arenalis. 

La ciudad es rectangular, con muro de veinte pies y más en ancho, el castillo tiene torreones gruesísimos de hermosa sillería blanca como toda la urbe. 

En su interior con una imponente catedral que sobresale del resto de casas y rivaliza en altura con las torres del Castillo Blanco que hay extramuros. Esta fortaleza, fue el promotor de  la villa, pues según dijeron se erigió por la Orden del Temple para proteger el camino que lleva a la Abadía de Santa Melania la Vieja. Tras la desaparición de la orden, los freyles milites de Santiago se hicieron cargo de la encomienda que empezó a formar una próspera población. Tienen muchas tierras de su jurisdicción incluso al otro lado del río. 

La catedral de San Basilio. 

Fray Antonino de Cos, Obispo y Señor de la Chatedral de San Basilio. Nos recibió con gran amabilidad. 

En la librería de la iglesia de San Basilio, hay más libros de mano, que en todo junto de la Universidad de Alcalá, y puedo decir con la seguridad de haberlo visto todo que son de letra Gothica los más interesantes. 

Un libro antiguo sin nombre de autor, que en particular trata cuantas cosas se entienden del infierno y sus sirvientes. 

A si siguen otros varios  de la misma letra y pergamino sobre Brujas, demonios, y más cuestiones que todo buen cristiano no debe acercarse. Su ilustrísima, me ha asegurado que los mantiene a buen cerrojo en su despacho, solo al alcance de él mismo. 

(Ver Localización en el mapa)


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Higo Chumbo
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El Campetón.

Tras tomar la puerta que se abre hacia el occidente abandonamos la villa tomando el camino que lleva hacia el norte.  En un cruce , erramos la dirección y acabamos por descender en una arboleda que  rodea la ribera del Tajo . Allí bajamos el camino  y tras pasar  un par de granjas,  nos encontramos con la casa del barquero,  que cruza y da paso a la aldea que esta bajo la jurisdicción de Villa Blanca,  Esta aldea conocida por el nombre de e, tiene en su término, un convento de clausura, una iglesia parroquial y una ermita. 

 

Santa Justa. 

 

Es iglesia parroquial y convento de clausura en la aldea del Campetón , a tres leguas de Villa Blanca. No son fundación real,  pues no tienen memoria de su fundación, ni de otra cosa sino que en ambos hay muchas sepulturas de Hidalgos de la tierra. 

Los Monges dicen, que son fundación de aquellos hidalgos que allí están enterrados. 

No tienen reliquias y algunos libros de pergamino sobre el Apocalipsis, el resto son todos de impresión.  

 

Aquí no hay más cosa notable, sino una que lo es mucho la ermita de la Santa María de Losa. Encima de un cerro, domina sobre la aldea esta ermita antes dicha.  

Los vecinos cuentan que la hicieron los romanos, pues en sus muros se puede leer varias  piedra en latín. 

En su interior, frente al altar mayor hay  una escultura,  de roca blanca, con la forma gastada pero aun adivinable de una dama con velo. Lo más peculiar, es que los ojos de esta dama están hundidos hacia dentro formando dos cuencas vacías y  negras,  que miran con espanto al visitante. Abajo hay medio borradas unas palabras en latín: 

 Los vecinos piensan que es una representación muy primitiva de la Virgen y el Niño,  que adoran con devoción y sacan en romería cada luna llena. 

Después de revisar todo lo que de importancia tenía la aldea, cruzamos en río y con la buena guía del barquero, seguimos derechos el camino hacia la Abadía. 

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Higo Chumbo
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Abadía de Santa Melania la Vieja. 

 

Seguimos el camino dejando a mano izquierda el río y a mano derecha el bosque. Cuando el camino tuerce al este, aparece sobre nosotros una atalaya almenada que protege el paso. El retén que está ubicado, nos señala que  hay una ruinas misteriosas entre el arbolado, desde las cuales escucha sonidos que hielan la sangre. 

Después de dos millas, el camino se bifurca, quedando a mano izquierda la Abadía y siguiendo derecho la Villa del Conde. Tras la elevada pendiente llegamos a una llanura llena de cultivos desde los que se alzaba la imponente abadía. 

Abadía de Santa Melania la Vieja. 

 

De la Orden del Cister, Cincuenta Mongas: Dos mil ducados de renta. 

No es fundación real sino del Conde Diego De la Minerva. Enterrado en una sepultura tallada de piedra lisa. 

No tienen reliquia insigne, sino unas pocas menudas. No hay duda sino que hubieron buenos Libros Antiguos, mas todo esta ya perdidos: con todo esto hay un Almandel Salomonis de los muy buenos y pergamino de más de trescientos años. 

La madre abadesa, nos vino a recibir al camino, pues venía de mandar las tareas a los hortelanos que sirven y trabajan las tierras.  He de confesar que Sor Maria es de carácter agrio y mezquino. Haciendo cómico el popular refrán, del perro del hortelano, que ni come ni deja comer. 

Se interesó mucho por esta labor, y pidiome reunirme con ella tras la cena. Yo accedí pues tenía algo de gravedad que debía dejar por escrito.

Tras la cena, nos reunimos, y sin respeto ni deferencia  ninguna empezó a contarme que  su Illus. Fray Antonino de Cos, no era hombre de Dios sino del diablo. Que había corrompido a la villa, con su influencia y había sido partícipe de los Sabbats que hay en las ruinas junto al río.   Ante tal acusación pedí pruebas de estos hechos, y me respondió que cuestionara  al Santo Oficio cuantos hermanos Inquisidores habían acudido a la villa, sin saberse más de ellos.  Ella calcula que unos 19.

También contome que el Conde Wilfredo no tiene más servidumbre que una cohorte de diablos invisibles, y que nunca sale de su torre ni siquiera para las misas. 

Por último me advirtió que no es bueno salir o llegar de noche a  la Villa de Casa Sola, en el pantano. Pues hay historias  de aparecidos que guían a los viajeros hasta ahogarse en el pantano. Que en sus cocederos (bodegas) subterráneos , sólo resplandece las luces de la velas negras y que los no natos son hervidos con el vino y ofrecidos en los sabbats a Asmodeo 

Dijome por último, que en los bosques los demonios y espectros  andan libres tentando a los viajeros y guiando  a los niños hacia los sabbats. Que esté atento a los ruidos que hacen, pues suenan como el viento pero sin mover la hoja. 

Tras estas revelaciones, me mantuve toda la noche rezando pues escuchaba el viento afuera de estos muros y pensaba en todo lo que esta mala mujer me dijo para asustarme. 

 

Capilla-Cueva 

A cuatro millas de la Abadía, en esta Capilla,  o pequeña Cueva, está una gran tumba de piedra negra, más angosta à los pies que à la cabeza, el Arca de una pieza, y la cubierta de otra, todo liso sin ninguna labor ni letra.  Encima de ella, se ha puesto una losa de la misma piedra extraña que es ajena de esta zona, que se usa como altar.  Detrás hay una Cruz  muy primitiva que los hortelanos sacan en romería imitando al calvario para favorecer las lluvias y las cosechas. Lo que no me han precisado es  donde está la figura de nuestro señor pues hay clavos teñidos de rojo clavados en la madera. Al preguntárselo a un hortelano, este me responde que una noche se marchó andando y que a falta suya  las noches de romería clavan a algún vecino viejo que le sustituye  hasta que regresa en la noche de Walpurga.  


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Higo Chumbo
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La Villa del Conde. 

Tras pasar otra noche en la Abadía, tomamos el camino que lleva a Estremera de Tajo, tomamos dirección sur este. El camino que resta hasta el arroyo que cruza la comarca, son de ocho leguas.  Tras llegar al barranco que termina  en el Arrollo del Sepulcro, el camino tuerce hacia el noreste, derecho a una cantera. Justo antes de llegar a ella, hay un pequeño puente que cruza el arroyo hasta el bosque que atraviesa la comarca.  Luego, el camino rodea la arboleda, con el arroyo a la mano derecha. Tras pasar una pequeña zona de almendros  observamos la imponente torre del homenaje que sobresale de los muros que la cercan. 

 

La villa, se concentra alrededor de la torre  amurallada del conde, no hay más muralla que esa. Hay dos parroquias y varias capillas, pues en tiempos esta villa gozó de buen comercio y prosperidad.  La villa se extiende en la cima de una colina  y en la falda de ésta.  Lo más impresionante es sin duda el castillo del Conde Wilfredo, que cuenta además con capilla propia. Su Illus. tuvo la bondad de avisar de nuestra llegada al administrador del Conde, D. Jacinto de Luna, quien nos recibió muy amablemente. El nos desmintió de todos los rumores que pesan sobre su señor, y que su ausencia es debida a su avanzada edad. Pero todas las noches, sale a dar un paseo por su bosque de Almendros, y que si gustamos podría concertar una audiencia.  Yo agradecí su cortesía y no perdí la oportunidad de conocerle. Hasta la noche, revisé las dos parroquias y la capilla de los Alfonsez, (nobles y primos del Conde Wilfredo ), sin encontrar nada de interés. La capilla del conde por otro lado,  está siempre cerrada, y no la abren sino para personas que tienen razón. Porque están los sepulcros llanos y muy juntas con el Altar hay muy poco espacio. Tampoco he visto ninguna cruz ni imagen religiosa. Esto último es, según me dijo D. Jacinto de Luna, porque ya casi nunca se dice Misa allí por haber muy poco espacio. Le cuestioné acerca de las sepulturas que ni epitafio tenía decoraciones antiquísimas.  El me dijo que el Conde los mandó traer de Tierras extranjeras, de un familiar suyo que murió en las cruzadas. 

 

Llegó la noche, y tal como auguraba la abadesa, el viento se oye sin que se muevan las hojas, D. Jacinto me preparó una mesa para hablar con su señoría. Al caer el último rayo de sol, apareció entre los almendros una figura con una pesada capa morada. Al acercarse más, pude observar una barba blanca que caía de la capucha. Al verme, la figura dejó ver su faz, y de la capucha salió un venerable anciano. Aún corpulento y ancho de hombros pero con la cara  ligeramente consumida y con una tez tan blanca que la luz de la luna parecía resplandecer. El anciano sonrió al verme, mostrando  una sonrisa un poco más afilada de lo normal. El anciano  se presentó como el Conde Wilfredo Cossio de Estruch. Mantuvimos una largo paseo, y me juzgó de buen carácter para confesarme que no son mentira todos los rumores que circulan por ahí,  porque en estos  bosques, no se sabe que se esconde en las sombras. 


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guetalon
(@guetalon)
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Ante todo muchas gracias a Higo Chumbo por dejarme colaborar en este worldbuilding y utilizar este personaje que habia quedado olvidado en el cajón donde viven los personajes de rol que nunca estrenamos.

  • ¡Vamos Pablito que se hace tarde!

 

Pablito, un niño desarrapado y mugriento, de pelo pajizo y nariz torcida, terminó de arrancar unas raíces y se dirigió con su cesta hacia la persona que le hablaba.

 

Corría el rumor por toda la comarca de Arenalis que Morgana era una bruja de las de verdad, de las que te curaba un orzuelo, te hacía un amarre o te pactaba algún trato con el mismísimo diablo. A su cabaña, adosada a una ruinosa torre, dentro del territorio de la Villa Blanca, acudían doncellas que habían dejado de serlo y querían deshacerse del paquete, campesinos que buscaban el mal ajeno y todo noble que quería parar el paso del tiempo. 

 

Morgana era fea y vieja. Pese a que sus servicios no eran baratos, siempre iba sucia y vestía con harapos llenos de bolsillos donde ocultaba hierbas extrañas y animales muertos. Olía mal y también era coja. Siempre andaba ayudándose de un bastón. Contaban los mentideros que en realidad no era coja, sino que tenía pata de ganso, castigo del diablo por intentar engañarlo en una ocasión.

 

De pronto, un alarido salvaje salió del bosque y Pablito apareció corriendo en el claro donde se encontraba Morgana, le perseguía una joven enloquecida y desnuda. Ladraba como un perro y corría a cuatro patas. Apenas podía diferenciarse de una bestia salvaje. 

 

El niño se refugió tras la vieja bruja que no se amilanó ante la bestia, muy al contrario, se irguió en su corta estatura y la encaró como un domador encara a un león. La mujer bestia se paró en seco. Morgana dijo dos palabras en un lenguaje extraño y comenzó a andar, cojeando, con Pablito de la mano hacia su cabaña. La bestia los siguió como un perro abandonado que busca un nuevo hogar. Mientras andaban, Pablito se giraba para observar a la mujer bestia pero no dijo nada. El niño nunca había mencionado palabra. De nuevo, los rumores cuentan que la bruja le había paralizado la lengua para que no hablara y no pudiera contar las cosas que veía sirviendo a su ama.

 

Por fin llegaron a la cabaña, allí la bruja metió a la chica, y cerró la puerta y los postigos de las ventanas,dejando al niño fuera que fue a refugiarse del frío entre los animales en el establo. Durante toda la noche de la casa de la bruja salieron alaridos demoníacos y luces raras se escapaban a través de las rendijas de los postillos. Cuando llegó el amanecer, la vieja abrió la puerta y las ventanas y dejo que el aire limpio purificase la casa. Por la puerta salió una joven desnuda que ya andaba erguida. Bajo el brazo llevaba un fardo con ropa vieja. Pablito la vió mientras acarreaba del pozo agua para su ama. Del interior de la choza salió una voz:

 

  • ¡Ve al río y lávate que hay mucho trabajo por hacer!
Esta publicación ha sido modificada el hace 1 semana 2 veces por guetalon

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