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Chupitos de maldad: El caso de la Doctora Poe. Parte 1ª

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Smooky Marple
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“Las emociones inexpresadas nunca mueren. Son enterradas vivas y salen más tarde de las peores formas”.

Sigmund Freud.

 

Edificio Westcraven número 23, planta baja, despacho de la Doctora Poe. 11:30 a.m.

John Peterson había irrumpido en la consulta de la Doctora Poe llevando algo que goteaba.

  • Siento venir sin cita- se sentó pesadamente en el sofá- Tal vez crea que es una tontería…pero- John hablaba con la cabeza gacha, no paraba de frotar sus manos de manera compulsiva contra  sus muslos, tal vez fuera por el nerviosismo o por quitarse la sangre de las manos.

La doctora consultó sus notas, se ajustó las gafas sobre la nariz e hizo una larga respiración, el olor a hierro de la sangre inundaba la estancia.

  • Corríjame si me equivoco, esta mañana discutió con su jefe ¿no es así?.
  • Si, ese gilipollas…
  • John- lo amonesto la doctora. Continuó con un tono tranquilizador a pesar de los ojos sin vida que la miraban desde la cabeza  que descansaba en el regazo de John- Lo último que recuerda es salir de la oficina y venir aquí para una sesión, ¿no es así?.
  • Si doctora, necesitaba verla, he tenido impulsos- hizo una pausa-quería arrancarle la cabeza…pero sé, que no puedo dejarme llevar por mis impulsos, ahora soy una buena persona.- levantó la cara y sonrió dejando ver una barbilla manchada de sangre. Un cerco de un color rojizo manchaba la camisa a cuadros de John.
  • John, eres buena persona, solo que a veces, los impulsos son difíciles de controlar y …

John interrumpió a la doctora.

  • He dominado mi ira doctora, cuando he sentido que quería matarlo, he respirado hondo y he salido de la oficina- sonrió, se pasó la lengua por su perfecta dentadura deteniéndose con la lengua en algo atascado entre los dientes.- La verdad es que he dado un portazo y creo que he gritado a Susan, mañana me disculparé, pero me siento orgulloso, hace unos meses le hubiera arrancado la cabeza a Steeeve- rio como un loco.

Las sirenas de la policía cada vez se oían más cerca.

  • ¿Quiere un vaso de agua?- la doctora observaba a través de sus gafas la escena que tenía delante, un hombre en la cuarentena cubierto de sangre con una cabeza cercenada en su regazo. “No hay algo más hermoso en esta vida que esta imagen” pensó la doctora mientras  sonreía.
  • Gracias doctora, la verdad que sí. Es usted muy buena, desde que vengo a terapia, ya no tengo las ganas de matar de antes.
  • Me alegro- le tendió el vaso de agua- pero creo que no vamos a continuar viéndonos.
  • ¿Por qué?- John se levantó de golpe del sofá, la cabeza de su jefe rodó por la mullida alfombra hasta detenerse a los pies de la doctora.

Las sirenas cesaron cuando llegaron a las proximidades de la consulta de la Doctora Poe. Pasos acelerados llegaron hasta ellos.

John se dio cuenta de que tenía el pantalón empapado en sangre allí donde la cabeza de Steve había estado descansando.

  • Yo, yo no…no- balbuceo.

John miro sus manos como si fuera la primera vez que las veía, las uñas estaban rotas, no entendía que había pasado, sus ojos se fijaron en el reloj de la pared eran las 11:30, no podía ser, cuando discutió con Steve eran las 09:20, ¿Qué había pasado en esas dos horas? No recordaba nada.

Para su horror, contempló su reflejo en  la ventana y entonces lo vio, la sangre había goteado desde su boca hasta empapar su camisa, no podía ser suya, pensó, no le dolía la boca. Miro la cabeza de Steve ¿eran mordiscos lo que veía?. Notó, que seguía con algo enganchado entre varios dientes, hurgó con el dedo para sacarlo, con un fuerte tirón lo saco, era un trozo de carne con pelo, espantado se dio cuenta que era un trozo de cuero cabelludo.

John grito y comenzó a sollozar.

  • No se preocupe John- le dijo la doctora Poe mientras lo abrazaba como si fuera un niño pequeño que hubiera roto un juguete.- Pronto todo acabará.
Este tema fue modificado hace 10 meses 2 veces por Smooky Marple

Xar and Makishima reacted
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Makishima
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"La civilización está permanentemente amenazada por la desintegración debido a la hostilidad primaria del hombre".

 

Sigmund Freud.

 

Edificio Westcraven número 23, planta -4, instalaciones secretas bajo la consulta de la Doctora Poe. 2:30 p.m.

 

La Doctora Poe avanza por un pasadizo dando una larga calada para apurar su último Pall Mall

  - El sujeto número I se ha comportado según lo previsto, al activar el neurotransmisor liberamos su subconsciente revertiendo el estado sueño-realidad ha sido todo un éxito. ¿Cómo está yendo el experimento con los nuevos?

 

Se oyen unos gritos provenientes de una especie de camara acorazada con los números II, III, IV y V en relieve sobre la puerta. Un hombre de unos 60 años, con una profusa barba completamente cana, que viste una bata y unos anteojos redondos responde sin levantar la mirada del monitor

  - Doctora, le tengo dicho que no fume en estas instalaciones, no sabemos cómo podría alterar la conducta de nuestros pacientes. Fumar sólo es indispensable si uno no tiene nada que besar...

  - Déjese de monsergas, ¿cómo están evolucionando?

  - De manera muy interesante, está superando mis expectativas, cuando les facilitamos comida abundante, la ingirieron más allá de la saciedad, incluso el número III, regurgitó en un cubo. Les fui proporcionando menor cantidad paulatinamente hasta que empezó a no ser suficiente, la tensión fue in crescendo cuando desapareció el vómito reseco que habían prometido sortear a la mañana siguiente...

  - ¡Qué asco!

 

Unos golpes provenientes de la cápsula preceden al hilo de sangre que se cuela por la rendija del cubículo hasta el laboratorio

  - Por el último trozo de carne, pelearon ferozmente, el paciente número III pereció en la reyerta, esto calmó parcialmente los ánimos, dado que era el que había alegado ser dueño de la secreción, delatándose a sí mismo. No tardaron muchos días en despachar el cadáver, hasta que anoche, nuestro amigo IV decidió degollar con un hueso de pollo a su compañero II mientras dormía, imagino que con intención de matar a V después, pero parece ser que éste último se percató de la argucia, ahora mismo están peleando...

  - ¡Fascinante!

 

Un último suspiro emerge de la prisión...

  - Parece que han acabado, por favor, abra la celda, ardo en deseos de conocer el desenlace

 

Al moverse la compuerta, se vislumbra un niño de apenas 8 años sentado con las piernas cruzadas sobre un charco de sangre, muestra una mirada vacía mientras mastica lo que parece ser una oreja, levanta la cabeza para observar las sonrisas en la faz de lo hombres de blanco

 

  - ¡Enhorabuena, V!


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Smooky Marple
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El Doctor  se quedó en el umbral de la celda contemplando como la Doctora Poe entraba sin vacilar en la celda con el sujeto de pruebas V.  No era un cobarde, pero no era la primera vez que un sujeto intentaba huir y mataba indiscriminadamente a todo aquel que se cruzaba en su camino, por suerte para él, su agudizado sentido de la supervivencia lo  mantenía a la distancia justa, para que,  en caso de necesidad, tuviera que cerrar la compuerta rápidamente, por unos segundos fantaseó en que V matara a la Doctora Poe.
 
Sin girarse hacía el Doctor y como si hubiera escuchado lo que pensaba la Doctora le dijo:
  • Parafraseándolo Doctor “nos moriremos todos…”
V masticaba el lóbulo de la oreja del sujeto II como si fuera una gominola. Sus ojos seguían los pasos de la Doctora, evaluándola, ¿era una presa?, ¿un nuevo juguete?. No lo tenía claro.
La Doctora Poe caminó sin vacilar entre restos humanos, orina y otras secreciones corporales, el olor a sangre, a muerte… la afectó, pero de manera casi orgásmica.
  • Hola V, soy la Doctora Poe- se presentó arrodillándose delante de V. Con gestos muy pausados sacó una chocolatina de su bata dándosela a V.
V la cogió, la desenvolvió tranquilamente y con la misma tranquilidad la mojo en el charco de sangre en el que estaba sentado y la saboreó lentamente.
 
La Doctora aprovecho para acariciar la cabeza del pequeño con gesto que podría interpretarse como  maternal sino fuera por la mirada carente de toda emoción que debería acompañar a tal gesto.
Sin apartar los ojos de V y con un diestro movimiento, la Doctora Poe le clavó la jeringuilla que llevaba oculta, el émbolo empujó una sustancia de color verde en el torrente sanguíneo, en pocos segundos, V cayo dormido.
  • Habrá que hacer un estudio de sus niveles de dopamina, serotonina... 
  • ¿Era necesario tanta simpatía?- le espetó el Doctor.
  • Refuerzo positivo, Doctor. Pávlov estaría contento- sonrió la Doctora viendo la cara de su colega.
  • «Prometieron que los sueños pueden hacerse realidad, pero olvidaron mencionar que las pesadillas también son sueños».- Dijo la doctora llevando en brazos a V hasta la camilla del pasillo.
  • Esa frase no es mía, ¿de quién es?- dijo el Doctor consternado.
  • Oscar Wilde, no siempre va a ser el centro de todo Doctor.

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Makishima
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"El hombre visrtuoso se contenta soñando lo que el malvado hace en la vida real"

Sigmund Freud

 

Urbanización Nueva Caledonia, parcela 4. 10.a.m.

 

El sonido del timbre sacó del abotargamiento a la Sra. Stevenson, se había quedado dormida en el sofá. Desde que la Dra. Poe se mudó al terreno colindante, Totti, su pequeño bichón maltés, no paraba de ladrar y la carencia de sueño conllevaba que hubiera desarrollado una especie de narcolepsia, no pegaba ojo por la noche pero durante el día se quedaba dormida incluso de pie. Como no podía ser de otra manera, Totti estaba ladrando, pero esta vez no era a la ventana de su vecina, sino a la puerta

Al abrir la verja, la figura de un chaval de unos 12 años, bien vestido y peinado apareció ante ella, le causó sorpresa puesto que en la urbanización no se solían ver caras nuevas, aunque se rumoreaba que la Sra. Thompson había adoptado a un chaval recientemente...

 - Buenos días, Sra. Stevenson, soy el hijo de la Sra. Thompson, me envía a por sal, espero no importunarle, he oído que su adorable cachorro está últimamente inquieto y quizás le haya despertado, de hecho, traigo unas entradas para el concierto que dará mi madre este fin de semana.

 - Muchas gracias, cariño, dile a tu madre que es un cielo, estaré este fin de semana sin falta, no me lo perdería por nada del mundo, ni aunque le sucediera algo al pequeño Totti

 - Dios quiera que no pase...

Totti había ladrado como si se estuviera desgañitando, pero al ver que la figuraba entraba, se encogió de miedo y se resguardó en su caseta totalmente callado

 - ¡Qué bien que se haya callado! Yo lo paso mal, pero lo que peor llevo es causar malestar a los vecinos, ¿os trastorna mucho? He tenido que comprar un collar de calambres para que se calle un poco, es todo culpa de esa bruja, no es trigo limpio, todo el mundo lo sabe, hasta su risa es maligna. Por cierto, cariño, ¿cómo te llamabas?

 - Violence

 - Es un nombre muy extraño, espero que no te haya causado problemas.

 - Nada más lejos de la realidad, además es un nombre que no se olvida...

 - Bueno no te entretengo más

Entra a la cocina mientras descuelga al teléfono.

 - Muchas gracias por el detalle, cielo, no hacía falta, me alegro que se hayan arreglado los papeles de la adopción, tu chaval es un encanto, aunque vaya nombre...

 - ¿Cómo, que todavía está en trámite, quién demonios ha entrado en mi casa? 

Cuando la Sra. Stevenson sale corriendo al jardín, un intenso olor a pelo quemado y una especie de neblina se han apoderado del porche. Al ver el mando del collar pitando y con una luz roja intensa, sale disparada dejando caer las entradas del concierto revelando el siguiente mensaje al dorso:

"No olvide su 2x1 en perritos calientes"...

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Smooky Marple
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“Cuanto más perfecta es una persona por fuera, más demonios tiene por dentro” Sigmund Freud.

Urbanización Nueva Caledonia, parcela 4. 11:20 am.

La noticia de las trágicas muertes de la Sra. Stevenson y de Totty se habían propagado rápidamente por la urbanización, así como las diferentes versiones de lo sucedido.

Una de las versiones era que la Sra. Stevenson se había desnucado al resbalarse con el mando de calambres de Totty, matando involuntariamente al perro, al dejar pulsado el botón de descargas. Otra versión era que el collar había fallado y qué al salir a rescatar al pobre perro,  la Sra. Stevenson había tropezado desnucándose.

No importaba cual había sido el orden de lo sucedido, el resultado había sido el fallecimiento de la Sra. Stevenson por fractura cervical y la  muerte de Totty por electrocución.

Después de escuchar a sus hipócritas vecinos durante una hora, la Doctora Poe recordó una frase de “La Tempestad” de William Shakespeare:

“El infierno está vacío, todos los demonios están aquí”

Al entrar en casa contempló como  Violence estaba absorto en la lectura de  un manual de anatomía.

  • Violence, ¿era necesario matar al perro?.

Violence miró a la nada pasándose los dedos por la barbilla como si meditara la respuesta.

La Doctora Poe enarcó una ceja y encendió un Pall Mall.

  • Necesitaba una distracción para romperle la C3. Tenía que igualar la altura para realizar la maniobra con precisión y no fracturar la C4- Contestó Violence un poco a la defensiva.

Cuando la Sra. Stevenson salió al jardín para ver que ocurría, contemplo horrorizada como Totty, era un amasijo de carne y pelo carbonizado, cuando se arrodilló al lado de lo que antes había sido su perro, Violence se aproximó con el más absoluto sigilo y con un diestro movimiento le fracturó el cuello.

La Sra. Stevenson sintió que algo la sujetaba y con crack, su cuello quedó en un ángulo extraño, no podía moverse, estaba paralizada. Tendida en el suelo vio a su salvadora, la Doctora Poe pero que hacía… no podía gritar no podía moverse… sintió como sus costillas se rompían y la cara de esa mujer…

Intentó gritar cuando la taparon con la sábana  y un paramédico dijo que estaba muerta. “NO ESTOY MUERTA” pero sus labios no se movían, nada en su cuerpo la obedecía ni si quiera sus pulmones parecían querer hacer bien su trabajo, “NO ESTOY MUERTA” intento gritar de nuevo…

Violence mantuvo unos segundos la mirada de la Doctora Poe hasta qué por la intensidad de ella,  le hizo apartar la vista hacia la ventana.

  • Doctora, he conseguido el objetivo ¿acaso no ha fallecido la Sra. Stevenson?- dijo Violence con calma contenida.

La Doctora Poe, tenía que darle la razón, aunque Violence se había apartado de sus directrices, reconocía la creatividad a la hora asesinar a la Sra. Stevenson.

La Doctora puso la mano en el hombro de Violence.

  • Buen trabajo, te dejo que leas sobre tu siguiente adiestramiento.

Lionel y Shanon Rhoder :

  • 45 y 46 años respectivamente
  • De carácter tranquilos y bonachones según la opinión de la urbanización.
  • Hobbies: hacer filet mignon de los indigentes que recogían.

La Doctora dejó a Violence estudiando. Subió al piso superior, llenó la bañera y se preparó  un buen vaso de whisky y dejó que los recuerdos de la mañana la acompañaran…

 Había sentido ese cosquilleo por todo su cuerpo cuando  al practicarle la RCP a la Sra. Stevenson le había roto dos costillas, tuvo que hacer acopio de todo su temple para continuar con la farsa bajo la atenta mirada de sus vecinos, si las circunstancias hubieran sido otras, hubiera roto cada una de las costillas … recordar el tacto al romper los huesos…era simplemente sublime, sentir como algo tan fuerte como los huesos cedían con la presión, ver el dolor de la Sra. Stevenson la excitaba sobremanera, pero en aquel momento tuvo que contenerse…pero ahora…

-------------

El doctor F, examinaba la grabación de la autopsia de la Sra. Stevenson.

  • Maldita sea- murmuró. Cogió el móvil y mandó un mensaje a la doctora

“has vuelto a ganar, 38 segundos”

La Sra. Stevenson fallecería realmente a los 38 segundos de comenzar la autopsia, el inconveniente de abrir alguien vivo con un afilado bisturí.


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Makishima
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"Cada uno de nosotros percibe al resto como mortales excepto a sí mismo"

Sigmund Freud

Urbanización nueva Caledonia, parcela 13. 9 a.m.

Suena el timbre en la residencia Rhoder, Shanon se acerca a la puerta y con una dulce voz pregunta:

- ¿A quién tengo el placer de recibir?

- Soy el técnico que avisaron de Omni Consumer Products

- ¿No es Vd. muy joven?

- Sí, bueno, soy el ayudante, mi compañero se ha quedado en el camión y salvo que sea un problema grave, se queda durmiendo hasta que yo solucione la avería, viejas glorias de la compañía, ya sabe, cobran pero no trabajan, espero que no me oiga, jeje

La realidad era completamente diferente, Violence había rajado los cables y colocado un ratón quemado en el compartimento de los fusibles, esperó pacientemente a que viniera el camión de los electricistas a primera hora de la mañana, les paró antes de llegar al domicilio de los Rhoder y qué decir de las costumbres de Violence, al ayudante le quitó el mono y está criando malvas en el furgón con un boli atravesándole el corazón, mientras que al conductor le partió el cuello y le dejo apoyado sobre el cristal de la ventanilla con la gorra puesta sobre la cara para evitar ser delatado por el rictus post mortem

- De hecho, he logrado encontrar la avería y he reparado los fusibles, incluso he añadido un revestimiento para que no vuelva a suceder, parece ser que alguien dejó abierto el cuadro de electricidad y un roedor ha mordisqueado los cables, me podría abrir para firmar el parte, tirar el ratón a la basura y si fuera Vd. tan amable, ¿darme un vaso de agua?

Por la mirilla ve un chaval con un bicho chamuscado suspendido por la cola y una caja de herramientas bastante grande en la otra mano

- ¡Qué asco! Pase, por favor, pero si no le importa, tiré esa rata fuera de mi casa, me dan mucha grima esos sucios roedores, tendré que avisar de su presencia a nuestros vecinos

Qué irónico, pensó Violence, le dan asco los ratones pero trocea, cocina y come indigentes como el que está cazando ahora el bastardo de su cónyuge.

- ¿Su marido se encuentra en casa Sra. Rodher?

- No, ha salido temprano a hacer ejercicio, dice que así libera estrés para el resto del día, ¿le gusta nuestra vajilla? Son vasos de diseño, algo más estrechos pero así se cogen mejor, espero que no le moleste su tamaño

- Son preciosos, ahora bien, no quiero ser grosero, pero creo que hay una pequeña mancha en la base

Mientras baja la cabeza para comprobar tal afirmación, Violence agarra fuerte su cabellera y le incrusta el vaso en el ojo

- El tamaño perfecto...


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Makishima
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"El miedo es un sufrimiento que produce la espera de un mal"

Sigmund Freud

 

Bajo el puente Hollister en las afueras de la ciudad 6 a.m

- Putos mendigos, cada vez me cuesta más encontrar a alguno solitario, debe haberse corrido la voz de las desapariciones, no tienen para comer, pero bien que tienen móvil para contarse sus mierdas...

Lionel Rhoder se acerca con sigilo a un indigente que parece estar durmiendo, lentamente, bisturí en ristre, toma posición para rebanarle el cuello. Cuando se encuentra a 50 cm, el individuo levanta un ojo y con la botella que está en su regazo le golpea en la sien para inmediatamente salir corriendo.

- ¡Hijo puta, me quiere matar, socorro!

Tras tambalearse un poco, el cirujano lanza el trozo de metal con la precisión que le caracteriza clavándolo en la nuca del sin techo, éste cae hacia delante produciendo un golpe seco. Tras arrancar con esfuerzo la hoja y limpiar la sangre en la camiseta de su víctima, saca una bolsa mortuoria de la mochila y se dispone a insertar el cadáver en su interior.

- Para estar tan gordo, el cabrón bien que corría...

 

Urbanización Nueva Caledonia, parcela 13.  9:15 a.m

Según entra por la puerta portando a su víctima, Lionel se encuentra a Violence arrastrando a su vez un bulto bastante parecido al suyo.

- ¿Buenos días, amigo, me podría decir que hace vd en mi casa?

- Por supuesto, soy de la empresa de reparaciones, he terminado de arreglar su avería y estoy recogiendo los restos generados para deshacerme de ellos, en cuanto cargue el bulto si fuera tan amable de firmarme la visita, su mujer ha tenido que ausentarse tras una llamada repentina, se le veía triste, espero que no sea nada grave

- Claro que sí, aquí le espero, no se preocupe.

Al entrar de nuevo, el Sr. Rhoder ofrece un vaso de agua a Violence

- Tengo un par de dudas sobre su trabajo, amigo, puede ser que su compañero sea el que está durmiendo en la furgoneta, porque tiene una postura muy rara, como si tuviera el cuello partido...

- Qué cosas dice señor, duerme como un tronco, pero creo que todavía mantiene el cuello en su sitio, jeje.

- El mono que lleva puesto no parece de su talla, es suyo o quizás del verdadero compañero de su amigo el dormilón...

- Bueno, he hecho bastante ejercicio estas vacaciones y aunque pedí que me mandaran una talla inferior, todavía no han llegado los nuevos uniformes, es vd. muy perspicaz

- Digamos que es parte de mi trabajo, por favor, coja el bolígrafo que hay en el recibidor para que firme el albarán, dice que mi mujer ha salido de la casa, imagino que habrá tenido un accidente porque falta uno de sus vasos favoritos y los restos que se llevó hace unos instantes contenían sangre.

Al acabar la frase, Violence ve el reflejo en el jarrón de algo metálico, lo que le da tiempo suficiente para esquivar el bisturí que le pasa silbando la oreja dejando un rastro de sangre en el pómulo. Violence roza con la yema del dedo su propia sangre para saborearla con la lengua, emitiendo un esbozo de sonrisa

- Voy a disfrutar con esto

Lionel se abalanza hacia Violence con otro bisturí en la mano

- ¿De verdad pensabas que te iba a dejar salir vivo de mi casa tras matar a mi mujer? Tengo que reconocer que tienes huevos, aquí se acaba la farsa

Con un rápido movimiento Violence lanza la hoja que se había clavado en la pared inutilizando la mano de su oponente, la mano que queda libre es atravesada por el bolígrafo del recibidor maniobra que aprovecha Violence para impulsarse y partir el cuello de Lionel

 

Urbanización Nueva Caledonia, parcela 13. 9:45 a.m

Violence  lleva un gorro de chef y se encuentra sentado comiendo filet mignon en la casa de los Rhoder con Lionel abierto en canal a los pies de la cocina. Un delantal cuelga de la pared en él se lee: "la carne bien roja, que chille"


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Smooky Marple
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El sueño posee una maravillosa poesía, una exacta facultad alegórica, un humorismo incomparable y una deliciosa ironía”. Sigmund Freud.

Urbanización Nueva Caledonia, 13:37 a.m.

La Doctora Poe contempló la cara de satisfacción que portaba Violence  cuando entró por la puerta.

  • Espero que no haya almorzado doctora, le traigo una delicatessen.

Violence sonrió como lo haría un gato satisfecho de haber capturado a  un ratón y se lo llevara a su dueña, con un gesto solemne, le tendió un pequeño paquete  envuelto en papel de estraza a la Doctora.

Con el mismo gesto solemne, la Doctora Poe lo desenvolvió, en su interior la Doctora pudo observar una de las cosas más hermosas y deliciosas del cerebro humano, no era más grande que un guisante y junto a él, una pequeña porción de cerebro lo acompañaba.

Violence sonrió al ver la cara de placer de la Doctora.

  • Le he traído una porción del lóbulo parietal, hubiera preferido córtalo in vivo, pero la circunstancias…
  • Ha sido una agradable sorpresa Violence, a cambio, pensaré un regalo igual de estimulante para ti. ¿Me acompañas?.
  • Gracias doctora, estoy lleno- Violence hizo un pausa- Doctora, sería conveniente mandar al servicio de limpieza.- Dijo Violence bajando la cabeza.

No había sido su trabajo más limpio, pero cuando uno se mete en la cocina…

En otras circunstancias la Doctora hubiera empleado un severo correctivo, pero viendo su regalo, relajó la tensión de sus hombros y dijo:

  • No te preocupes, a veces cuando cocino, mancho más de la cuenta.

La Doctora se dirigió a la cocina, dando por zanjada la conversación. Allí abrió la puerta del botellero de caoba, sacó uno de los chiantis y con sumo cuidado lo vertió en una copa y dejó que el aroma a clavo, canela, frutas secas…la embargara, miró su color rojo al trasluz y dio un pequeño sorbo.

Cogió el “guisante” y lo observó, era el hipotálamo, el regulador del sueño y del despertar, aunque a su dueño, esto último no le volvería a pasar, sonrió, consumo cuidado lo introdujo en su boca, cerró los ojos y dejó que se fundiera en su paladar. Un verso que leyó en la universidad le vino a la mente:

“¿Qué es la vida? Una ficción, una sombra, una ilusión, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”.

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Urbanización Nueva Caledonia, parcela 13, 19:38 a.m.

Una furgoneta con el cartel Purgato Inc. en un lateral y con una enorme cucaracha en el techo de la misma, se alejaba de la casa precintada  de Lionel y Shanon Rhoder.

Prendido en la puerta, un cartel con el símbolo de fumigación advertía del peligro de acceder al interior, éste estaba siendo tratado con pesticidas altamente tóxicos para la erradicación de una plaga de blattodeas…
 

En su interior, los escarabajos comenzaban a dar cuenta de la carne de los Rhoder, en unos días los huesos estarían limpios y  listos para ser vendidos, beneficios extras pensó Rolan mientras se alejaba de la urbanización.

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Dos días más tarde, la Doctora Poe y Violence cogían un vuelo  en primera clase con destino a Nueva York.

  • Espero que te guste mi selección- La doctora Poe le entregó unos cromos a Violence.

Violence los observaba detenidamente, no sabía por cual decidirse para empezar.

La Doctora contempló la cara de concentración de Violence y con un tono desenfadado, le dijo:

  • No te preocupes, en el hotel donde nos alojaremos estarán ellos y muchos más…es la Tercera convención de Series.

Violence cogió un cromo:

  • Apodo: El sastre
  • Edad: 56 años
  • Muertes conocidas: 27
  • Firma criminal: Confeccinar abrigos con la piel  de sus víctimas.
Esta publicación ha sido modificada el hace 9 meses por Smooky Marple

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salvidormale
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Gracias por la recomendación.

Un tema muy necesario. Esto es lo que estaba buscando.


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Smooky Marple
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Iniciador de tema  

“Con palabras una persona puede bendecir a otra,  o hacerla desesperar” Sigmund Freud

Nueva York, Hotel Renaissance, sábado 1 de octubre. Habitación 341.

La Doctora Poe se levantó lentamente  de la cama para no despertarlo, encendió un Pall-Mall y contempló su espectacular cuerpo y sus facciones bien cinceladas, indudablemente era un depredador.

Enarcó una ceja, pensó que esa parte del experimento la omitiría al Doctor F., a veces era un tanto mojigato, y no tenía ganas de que le hablara de la ética médico-paciente, intentar explicarle que el cuerpo necesita ejercitarse, es como explicarle a un insecto que solo vive en verano lo que es el invierno.

  • ¿Ya te vas?- Arthur le sonrió pícaro desde la cama.

La Doctora Poe sonrió,  sí que  estaba listo para otro asalto como  se apreciaba en su enhiesto miembro.

  • Dame un segundo- Dijo la Doctora Poe dirigiéndose al baño con su bolso en mano, de su interior sacó una jeringuilla y varios viales, las etiquetas de  los viales tenían escritos los números VIII, X y XI, frunció el ceño, probaría con el número VIII, pensó en los efectos secundarios le provocarían a Arthur, la Doctora se excitó con solo pensarlo.

Arthur sacó el bisturí del cajón de la mesilla, pensó que era una pena acabar con ella, pero el riesgo de ser expulsado de la Convención de Series por asesinar durante el evento lo excitaba más, pero qué diablos pensó, ¿Qué es lo peor que podía pasarle?, ¿no volver a participar en las charlas?...

La Doctora Poe se sentó a horcajadas encima de él, Arthur se anticipó en pensar como  le clavaría el bisturí en el costado izquierdo, pero no sería letal, le gustaba que sufrieran,  tal vez lloraría e imploraría por su vida, le daría esperanzas de que no la mataría, pero claro que lo haría, le encantaba sentir la sangre caliente en su cuerpo desnudo…

En pocos segundos, la Doctora clavó la aguja en el muslo de Arthur.

  • Maldita zor- el insulto murió en sus labios, el bisturí rozó el cuello de la Doctora, un hilo de sangre brotó de la herida.

-------------

  • Arthur, ¿se encuentra bien?- Preguntó la Doctora en tono profesional.

Arthur intentó enfocar, veía borroso por el ojo derecho.

  • ¿Necesita que paremos?- La Doctora Poe se ajustó las gafas en el puente de la nariz, dejó el bloc de notas a un lado y lo miró fijamente.
  • ¿Parar el qué?
  • La sesión, como le comenté, hacer una terapia regresiva, puede llegar a la confusión, podemos continuar más tarde o mañana, si lo prefiere.
  • ¿Terapia? No necesito terapia – Arthur con esfuerzo se levantó, le pesaba el cuerpo, lo habían drogado, se abalanzó contra la mujer que le hablaba, tenía algo familiar, pero no sabía lo que era.

La Doctora no movió ningún músculo.

  • Me ha drogado
  • Si no quiere continuar, lo dejaremos aquí, pero estamos muy cerca de curarlo, la pesadez que siente…
  • ¿Curarme?, yo no estoy enfermo.
  • De ayudarlo, lo siento, he elegido mal las palabras, comprendo su situación, cree que es el Acechador, un asesino en serie, pero usted es Arthur Curry, trabaja en el Acuario de Manhattan, y hace dos meses sufrió un grave accidente, su mente se disoció, salió hace dos días del hospital y su familia contactó conmigo para que le ayudara.
  • Soy el Acechador, mato a mujeres mientras me acuesto con ellas, las desangro mientras me las f***…
  • ¿Cómo las desangra?.
  • Con un bisturí, se la clavo en el costado y luego les corto la garganta.
  • ¿Me lo puede enseñar?.
  • Esta loca, le estoy diciendo que… Maldita estúpida, te voy a matar, te voy a desangrar…voy hacerle cosas a tu cuerpo que ningún  manual sobre asesinos en serie hayan escrito…

La doctora Poe le tendió un lápiz.

  • Imagine que es un bisturí.
  • ¡Que cojones!- Arthur contempló como su mano no podía sujetar el lápiz.
  • En el accidente, el músculo flexor de la muñeca resultó dañado, no puede coger nada con la derecha, le queda todavía mucha rehabilitación.

Arthur miró su muñeca, ¿desde cuándo tenía esa cicatriz?, se llevó la mano a su ojo, que era eso, corrió al baño, unos minutos más tarde un poderoso grito salió de su interior.

-¡NOOOOOOOOOOOOOOOO!.

La Doctora salió de la habitación 341 colocando el cartel de “No molestar”.

Tres días más tarde, encontrarían el cadáver de Arthur Curry en la bañera. Causa de la muerte: Suicido.

Porque la vida dura, lo que dura dura.


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Smooky Marple
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"Nos moriremos todos, pero nuestras obras permanecerán" Sigmund Freud.

Brooklyn, Nueva York, 1 de octubre.

McMurd llegó a la escena del crimen en guardia. La temblorosa  voz de Jen Stevenson lo había alertado, desde que eran compañeros, hacía ya ocho años, Stevenson no titubeaba a la hora de narrar una escena del crimen por muy cruenta que fuera y eso que habían visto cosas que volverían loco a cualquiera.

Un sucio callejón le dio la bienvenida a McMurd algo en el ambiente le hizo santiguarse no era el hedor de la basura si no la cara de los agentes que contemplaban las cuatro sábanas que tapaban las partes de lo que unas horas antes había sido un hombre.

  • Stevenson, ¿Qué tenemos?.
  • Un puto loco, eso es lo que tenemos. Cómo odio Halloween y eso que quedan unas semanas.- soltó uno de los patrulleros.
  • Ese de ahí le ha arranco la garganta a mordiscos y…- Stevenson trago saliva para contener el vómito que amenazaba por volver a salir.

Stevenson señaló a un joven de unos veinti pocos con pinta de hípster que estaba siendo atendido por los paramédicos.

  • Será por tanta soja ecológica y polladas varias – dijo Conrad Mcmurd apoyando una rodilla en el asfalto. Stevenson levantó parcialmente la sábana hasta dejar al descubierto la cara.

Detrás de él, un agente de patrulla comenzó a vomitar al lado de los cubos de basura.

  • ¡Fuera de aquí, va a contaminar la escena!- gritó Mcmurd continuando con su sempiterno palo de regaliz entre los dientes.
  • Los patrulleros llegaron por el aviso del dueño de la tienda, pensó que eran unos borrachos…le están atendiendo en el hospital, le ha dado un ataque.
  • Feo asunto, jefe- Stevenson continuó contemplando la cara de horror del muerto. Su frente se perlo de sudor, lo peor estaba por enseñarle a su jefe, sus ojos se detuvieron en las otras sábanas, su mano se aferraba a la sábana incapaz de retirarla.

McMurd la hizo a un lado.

La forense, que había visto de todo, estaba pálida y apoyada en la pared como si intentará , en vano,  fundirse con ella.

Mcmurd observó cómo las dentelladas habían lacerado el estómago  hasta llegar a los intestinos que se derramaban como una ristra de salchichas recién cocinadas. Hacía más de nueve años que no probaba el alcohol, pero en ese momento hubiera deseado beber hasta quedar inconsciente.

-----------

Hotel Rennaissance, habitación 221.

La Doctora Poe transcribía unas notas cuando el teléfono sonó.

  • Doctora Poe, soy el inspector Mcmurd, nos conocimos en el caso del asesino del Vertedero.

La Doctora Por sonrió al recordarlo, uno de sus primeros trabajos.

  • ¿En qué puedo ayudarle?.

Habitación 222

Violence se encontraba ocupado cuando llamaron a la puerta.

  • Doctora Poe.
  • Violence tengo que ausentarme para ayudar a la policía con un caso.

Violence enarcó una ceja.

  • Por desgracia no puedes venir.
  • No se preocupe- dijo aliviado- tengo algo entre las manos- Sonrió mirando hacia el interior de la habitación algo parecido a un sollozo llegó hasta ellos.- Estaré bien Doctora.
  • Seguro que lo estarás, aunque creo que no podría decir lo mismo de tu invitado.

A la comisaria 99 de Brooklyn- le dijo al taxista. Cogió su móvil y mando un mensaje al Doctor F “creo que tengo un caso para reactivar el Proyecto Amanecer Z.

Continuará.

 


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Smooky Marple
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“El yo vive una vida de indigestión, una vida sencilla con comida sencilla.” Sigmund Freud

 
La Doctora Poe se encontraba en la sala contigua a la sala  de interrogatorios de la comisaria 99. El inspector Mcmurd con tono profesional comenzó a leerle la ficha del detenido.
 
  • Joseph Hall, 27 años, Bloguero de comida, muy apropiado- señaló Mcmurd con sorna- sin detenciones previas, estamos esperando los resultados toxicológicos.
Joseph tenía la mirada perdida en el fluorescente de la habitación, de vez en cuando sus ojos vagaban de un lugar a otro de la estancia.
Mcmurd le entregó una  carpeta a la Doctora Poe, con tono paternal dijo:
  • Doctora, le advierto que las fotos son duras- Mcmurd tragó saliva.
  • Gracias por su preocupación inspector, pero necesito verlas para comprender al señor Hall.
La Doctora abrió la carpeta, su mirada iba del dossier a la figura de Joseph y de vuelta a las fotos, observaba cada detalle de él detrás del cristal de seguridad, la Doctora se mordió el labio inferior, quienes la conocían sabían que era su manera de contener su rabia, su decepción o algo peor.
 
Quién tenía delante, no era el sujeto  cuya obra de arte estaba plasmada en aquellas hermosas fotos donde mostraba un cuerpo cuyos intestinos aparecían derramados al lado del cuerpo, una pierna arrancada a mordiscos con tanto cuidado que había dejado los tendones sin destrozar…las fotos formaban un bello bodegón a los ojos de la Doctora.
 
La barba tipo hípster de Joseph no tapaba las ligeras calvas que existían en el maxilar superior, esas cicatrices eran un indicativo , como había visto en la Guerra, que aquel sujeto no podría aplicar la fuerza necesaria, de aproximadamente unos 77kg/cm2, para morder o desgarrar carne. Pero lo que más le molestaba es que estaba fingiendo, y eso, no lo iba a consentir.
 
La Doctora antes de entrar a ver Joseph, se ajustó el anillo, un vestigio de la Guerra Fría tremendamente útil para inyectar cualquier sustancia a cualquiera que le estrechara la mano.
 
Mcmurd y Stevenson observaban desde la otra habitación.
  • Buenas tardes señor Hall, soy la Doctora Poe- la doctora le tendió la mano. Joseph se la estrechó. La Doctora se sentó de espaldas al cristal.
Joseph miró la diminuta gota de sangre de su dedo.
  • Lo siento, he perdido peso, y olvido que el anillo me viene grande.
Si Joseph no hubiera mirado fijamente al tubo fluorescente que iluminaba la habitación hubiera visto como la Doctora parecía relamerse.
Joseph, que hasta aquel momento había estado fingiendo estar “ausente”, clavó su mirada en ella, se notaba extraño, sus manos parecían plastilina, su lengua caía fláccida en su paladar, intentó gritar, pero no pudo.
 
Mcmurd y Stevenson  vieron como la parte derecha de Joseph perdía su tersura, el parpado derecho cerraba completamente el ojo y el labio inferior empezó a descolgarse, la saliva comenzó a empapar la camisa.
La Doctora se levantó para “auxiliarlo” se acercó a su oído y susurró:
  • Le voy a confesar que estoy bastante molesta por haber dejado mis quehaceres en el hotel, pero ya que quiere pasar por un zombie, le voy ayudar a ser uno, no es nada personal, solo que no me gusta que me hagan perder el tiempo.
Los esfínteres de Joseph se relajaron, el  olor a mierda y a orina impregnó la habitación.
 
Lunes, 3 de octubre.
  • Nunca había visto un caso tan agresivo del Síndrome de Cotard, el señor Hall se cree que es un zombie. Todo lo que presenciaron en la sala de interrogatorios  fue una respuesta psicosomática…- Con tono profesional la Doctora  relató el diagnostico a los inspectores.
Joseph yacía sujeto con correajes a la cama del hospital, la via intravenosa de su mano le inyectaba la suerte de un líquido ambarino.
  • ¿Se recuperará?- preguntó Mcmurd.
  • Trataremos de ayudarlo, pero hoy en día a pesar de los avances, nuestro cerebro sigue siendo un gran desconocido.
Joseph miró hacia la puerta e intentó gritar, pero no podía, ¿dónde estaba su lengua?.
 
Mcmurd se alejó del hospital y se dirigió a la Iglesia de La Esperanza a una reunión de A.A, más que nunca la necesitaba, tardaría mucho en olvidar a ese joven que se había comido su propia lengua y varios dedos de su mano izquierda.

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Makishima
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“El sueño es la liberación del espíritu de la presión de la naturaleza externa, un desprendimiento del alma de las cadenas de la materia” Sigmund Freud

Nueva York, Hotel Renaissance, Domingo 2 de Octubre. Habitación 222

La Doctora Poe se había despedido de Violence hacía unas horas, le interrumpió en plena faena, se encontraba con el Joker, un delincuente que acostumbraba a partir la mandíbula de sus víctimas con un fuerte pisotón tras prepararlos minuciosamente en el bordillo de la acera, la quijada colgando en el cuerpo inerte generaba un espectáculo dantesco pero el colofón era que alargaba con sangre la comisura de los labios hasta casi llegar a las orejas.

Violence tenía una versión propia del Joker y creyó que era un buen momento para probar un artilugio que había recibido hace poco, la tortura de la rueda consistía en atar las manos a una especie de rueca poniendo un contrapeso en los pies, en honor al reo había improvisado dos anzuelos con los muelles de la cama para horadar sendas comisuras de los labios.

Todo iba perfecto, “Stuck in the middle with you” sonando en el tocadiscos mientras Violence bailaba por la habitación, hasta que el Joker mentó a sus hijos, probablemente para que se apiadara de él…

Violence comenzó a entrar en trance al oír la palabra “hijo”, impulsos nerviosos en principio inconexos como si fueran pequeñas descargas, se apoderaron de él. Vio una monja en un orfanato gritando “DEVOLVEDME A MI HIJO” mientras una mujer en bata se llevaba a un niño de 8 años. Un niño comiendo un muslo de pollo con las manos llenas de grasa se da cuenta de que quizás no sea grasa, sino sangre y que ese muslo es un brazo humano.

Esta visión era más nítida, un guiñol con una marioneta de un caballero y otra de un dragón, niños coreando “Mátale, mátale”, al iniciar la carga como si de una justa se tratara, el dragón salta por encima del caballo y le arranca de un mordisco la cabeza a San Jorge, sus escamas se convierten en piel, gira la cabeza y se empieza a convertir en un humano con la boca llena de sangre. “¿Ese soy yo?...”

Mientras, en el laboratorio secreto del edificio Westcraven un hombre con barba blanca y anteojos circulares empieza a ponerse nervioso por primera vez en su vida:

“Joder, salta el contestador, Doctora, deje lo que esté haciendo, el neurotransmisor del sujeto V está fallando, parece que se está liberando del sueño inducido, creo que se pueda deber a las altas dosis de adrenalina recibidas a lo largo del día, parece que ha matado a demasiada gente en ese hotel, tenemos que abortar el experimento, si conoce su paradero es mejor que se ponga a salvo, no sé lo que está recordando o lo que puede estar sintiendo ahora mismo”

Otro flashback, esta vez de Santa Claus sonriendo y alargando la mano, torna su gesto benigno en una sonrisa maligna y deja de sostener un regalo para alzar una jeringa. Violence se agarra la sien “Arghhhhhh, no aguanto más”

El pasillo se sume en la penumbra, dejando únicamente la mortecina tonalidad roja de los focos de emergencia, una figura avanza lentamente por la instalación, lleva algo en la mano que arroja hacia los monitores, tras botar 5 veces cae rodando a los pies del Doctor, sin tiempo para ver lo que pudiera ser, la figura se pone a 4 patas y corre hacia él, pega un salto de 4metros y justo antes de que unos dedos penetren sus ojos, le da tiempo a ver la cabeza de la Doctora Poe

“Ya no soy un títere, ahora soy el dragón”


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Smooky Marple
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¿Te imaginas quizá que llevo otra careta y que esto... esto... mi cara es una máscara?  

El fantasma de la ópera- Gastón Leroux

 

Un Pall-Mall se consumía lánguidamente en la comisura de los labios de la Doctora Poe,  la ceniza caía en los restos del Doctor F y en una Doctora Poe decapitada.
 
Es curioso contemplarse así mismo, cuando lo único que quede de ti sea una cabeza arrancada, pobre Shirly, aunque viéndolo de otra manera, este final era ciertamente predecible, pero a la vez, inevitable.
  • Mejor ella que yo- la Doctora cogió su propia cabeza y como si fuera Hamlet sosteniendo la calavera de Yorick  exclamó “Ah pobre Doctora PoeAhora, falto ya de músculos, ni puedes reírte de tu propia deformidad- sonrió dejándola caer de nuevo al pavimento como  un  tomate maduro.
Como si fuera una obra de arte examinó los bordes de la cabeza arrancada, pudo distinguir varios mordiscos que habían horadado la carne y los músculos del cuello, parte del músculo esplenio colgaba como si fuera un lazo roto, Violence había hecho justicia a su nombre, había aprovechado ese resquicio en la carne para meter los dedos y arrancar la cabeza, se mordió el labio inferior, hubiera preferido algo más de delicadeza, pero tenía que reconocer que, aunque burdo, había sido efectivo.
  • Doctora está todo listo, cuando quiera.- dijo uno de los guardas de seguridad mostrándole en la tablet unos puntos verdes que señalaban las cargas  explosivas ya colocadas y listas para la detonación.

La Doctora pulsó el botón de confirmación con el logo de la corporación  Sirbenet Inc.

La detonación no se hizo esperar, los túneles se colapsaron derrumbando el edificio Westcraven, los vecinos desalojados, por un escape de gas, miraban atónitos como habían salvado sus vidas por poco.
 
La prensa señalaría que la única victima  habría sido la Doctora Poe.
 
Era hora de desaparecer, reinventarse, llevaba mucho tiempo creando monstruos, ¿Qué mejor manera de matar a un monstruo que ser, pensar, sentir como uno de ellos? Y ella lo era, un monstruo, el mejor hasta el momento, sonrió pensando en Violence, hasta el momento.
 
La Doctora se alejó tarareando 
he sido llamado monstruo, demonio, falso
no soy un ídolo, ni un ángel, ni un santo...
simplemente seré una pesadilla viviente desde la cuna a la tumba
 
 
 
 
 
 
Nota: Canción de  Cradle to the Grave de Five Finger Death Punch 
Esta publicación ha sido modificada el hace 7 meses por Smooky Marple

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