Historia del forero Baron Barrigón 23, escrita a M.A.D. [Recogida y publicada por Lamont C.]

MI ENCUENTRO CON UN LICHE 

Andaba yo una tarde, visitando una antigua mansión rural en el centro de Inglaterra. No me gustan los ingleses, pero era una oportunidad única para hacerme con la hacienda de una antigua familia noble, famosa en su día por la práctica de la nigromancia.
Todo comenzó revisando el sótano, cuando me topé con un “agujero de curas” .(Una habitación secreta, utilizada antaño para esconder a los sacerdotes católicos, durante las persecuciones religiosas).
Atravesé el corredor alzando mi linterna y avanzando despacito y casi de lado. Las paredes de ladrillo se desmenuzan con el roce de mis hombros hasta que dieron paso a la roca viva de una cueva natural. En dicha cueva, un cuerpo yacía sobre un altar de piedra gris con extraños símbolos grabados en él. Al acercarme con disimulo para examinar el cuerpo, el cuerpo saltó, y pegó un berrido de padre muy señor mío. A lo cual respondí arrojando la linterna a su cara y emprendiendo la retirada estratégica hacia la salida.
Llegué a la conclusión, de que se trataba de un ancestro nigromante transformado ahora en Liche. Lo que se traduce en un serio problema que debía ser resuelto . Así que no dude en solicitar la ayuda de algunos padres exorcistas ( un anglicao, un catlico y un ortodoxo).
El anglicano, por su puesto, fue el primero que devoró el bicho. El católico pudo hacer algo más, pero acabó igual que el otro. Y por último el Ortodoxo, que solo supo aporrearlo con el báculo, mientras gritaba incoherencias en ruso. (Para mi que venia un poco piripi.)
Al final no tuve más remedio que emprender el trabajo por mi cuenta. Llamé a uno de mis becarios y le mandé que solucionara el asunto. El chaval no resolvió una mierda, así que tuve que encargarme personalmente.
Desarrollé un plan infalible. Yo debía destruir la filacteria que contenía el alma del Liche, mientras se distraía con mi ayudante Fitzgerald, el cual debía entrar primero.

Todo resultó bien al final, menos para el pobre fitzgerald que acabó con medio cuerpo devorado.
Tras derrotar al Liche, pude recoger los libros y las notas que tenía guardados en su gruta. Muy interesantes por cierto.
Luego vendí la finca a unos estirados de Northampton, que tuvieron la mala suerte de encontrarse al pobre Fitzgerald, como el nuevo abono del jardín, pero bueno son cosas que pasan.
No me pude reir más.

Para: Lamont C.
Asunto: Comentario anónimo

Oye tú, berriondo zurumbatico de las narices.
Porque no deja de creerse la nueva estrella del internet con sus artículitos y se va un poquito a  #%!&*@#¡.
Un poquito de decencia y sensibilidad por favor, que la vida privada de la gente, es privada por algo.
Le advierto que si continúa por este camino, no voy a tener más remedio que tomar medidas. 
Queda usted advertido.

Un saludo y buenas tardes. 
Baron Barrigón 23 

Querido Lamont C, somos grandes admiradores de tu columna semanal, tal vez mi historia merezca ser publicada u ocultada, no lo tengo muy claro, me presentaré:

Me llaman Smooky, 42 años, antes broker a tiempo parcial y ahora loca a tiempo completo. Cuando acepte la invitación para unirme al  club de lectura MORSANIMA del Honorable Eustaquio Hollow, tenía que haber sospechado del nombre del club, me pareció pretencioso, "muerte del alma", en serio, pensé que era un club liberal, lo cierto que viéndolo con retrospectiva si que lo era, te liberaban de la vida…lo peor del asunto, no es que la noche del 19 de noviembre, terminara más muerta que viva cuando el infame Eustaquio recitó algo escrito en una ajada hoja, ¿hoja?, tenía más pinta de un trozo de piel ¿cerdo, tal vez? en fin, sino que, desde aquella fatídica noche la voz de Galletitas me acompaña a todas partes, ¿Por qué el nombre de Galletitas para una voz en mi cabeza? se preguntará, bueno me recuerda a alguien que esta comiendo y hablando a la vez, a veces inteligible, pastosa, sus palabras se derraman en mi cabeza con la misma viscosidad que un tomate putrefacto se estrella contra el suelo… a veces provoca unas jaquecas horribles...al principio no le gustaba el nombre, pero es que el suyo no hay manera de pronunciarlo, suena a mueble del Ikea con menos vocales.

Creemos que podemos ayudarle en la búsqueda del Necronomicón, (le confesaré que Galletitas es reacio a ello, aunque no se porque)

¿Se preguntará mi interés por tan impío libro? Bueno, aquella noche "de liberación carnal", (Galletitas se ríe jijiiji aunque su risa suena más bien a como si alguien arañara una pizarra) entre gritos, sangre, cuchilladas, más gritos…y ¿horrendas criaturas? Alguien mencionó ese libro.

Los psicólogos piensan que todo es una invención, pero Galletitas y yo sabemos, que no lo ese, y lo demostraremos.

Se le interesa nuestra historia, con sumo gusto se la contaremos con pelos, señales y sangre, si es necesario. 

Atentamente Smooky y Galletitas.

Estimada Smooky, apreciado y temido Galletitas, 

Muchas gracias por su mensaje, que sin duda parece relacionado con el centro de mis últimas investigaciones. No duden en enviar cualquier información a través de este medio. Toda ayuda será bien recibida.

Atentamente, 

Lamont. C.  

Para: Lamont. C.

Asunto: Necesitamos de su consejo 

Querido Lamont C, gracias por contestarnos y tomarnos en serio, Galletitas esta profundamente agradecido, dice que toma nota mental sobre ello, signifique lo que signifique.

A los pocos días de recibir su contestación, recibimos una inusual carta procedente del bufete de abogados Whateley, Randall & Sánchez, representantes legales del Infame Eustaquio Hollow, desde entonces, Galletitas esta de morros, como sé que esta de morros, porque esta todo el día, y toda la noche mascullando, de manera bastante colorida y visceral  de como “a ese subproducto de diarrea mental” lo va a desollar vivo, como no,  refiriéndose al Infame Eustaquio Hollow -jijijijijiji ríe por lo bajini recreándose en lo que le va hacer- como supondrá, el intentar dormir resulta difícil, no quiero pensar mal, pero creo  que Galletitas  encuentra cierto placer en no dejarme dormir; bueno, vayamos a lo importante, la carta dice así:

                                                                                                         Whateley, Randall & Sanchez Abogados

Estimada Señorita Marple:                                

Soy el Sr. Jeremías Oriol,  adjunto del prestigioso bufete de abogados Whateley, Randall & Sánchez, representantes legales del Honorable Eustaquio Hollow.

El Honorable Eustaquio Hollow, acaba de ser conocedor de   las vicisitudes mentales que esta atravesando Señorita Marple, y se ve en la obligación de hacer algo por usted.

Sabe que las disculpas no enmendaran el sufrimiento por el que esta pasando, nos ha pedido que le transmitamos su profundo pesar. El Honorable Eustaquio Hollow, nunca imaginó que uno de sus invitados llevara drogas psicotrópicas al Club de lectura Morsanima, y que  la noche terminará tan trágicamente. Lo único que esperaba de esa noche es que todos los asistentes disfrutaran de una apacible velada de enriquecimiento mental.

Usted, al igual que otros, desean olvidar esa aciaga noche,  pero algo les impide seguir adelante (como revelan sus informes médicos),  por ello el Honorable Eustaquio Hollow, ha solicitado  al bufete que represento, Whateley, Randall & Sánchez  que  gestione los fondos  Fundación Soir ât Ces, creada para ayudar a los afectados de aquella noche.

A través de dicha Fundación le hago llegar la invitación para pasar una estancia de una semana de duración con todos los gastos pagados en el prestigioso y exclusivo Centro de Bienestar Markham.

El Centro de Bienestar Markham, está ubicado en un emplazamiento natural  inmejorable, cerca de la costa atlántica americana, lamentablemente no puedo facilitarle más información de su  ubicación, ya que, la máxima prioridad del Centro de Bienestar Markham es preservar la identidad de su selecta clientela, lo que si puede decirle, es  que,  todo el personal  que trabaja allí, esta altamente cualificado.

Durante su estancia, será asistida por una de las más prestigiosas  psicólogas,  la Doctora Thome,  sus métodos poco convencionales, le hacen ser la pionera en curar el de trastorno de identidad disociativo. Pero no todo será terapia, dispondrá de acceso a todo tipo de masajes, talleres de mindfulness, yoga, etc. todo lo que  pueda necesitar, solo tendrá que pedirlo, su bienestar es su prioridad.

El Centro de Bienestar Markham se compromete a liberar su mente y su cuerpo del trastorno que la aqueja, tratarán a la afección como si de un parásito se tratara, empleando para ello, todos los medios  que tengan a su alcance, sin reparar en gastos o limitaciones de ningún tipo.

Para aceptar, el magnífico y limitado ofrecimiento del  Honorable Eustaquio Hollow,  solo tiene que mandar un correo a la siguiente dirección: markham.resort.1922@gmail.com y en asunto poner “Acepto”

Quedo a su servicio para lo que necesite, atentamente Sr. Jeremías Oriol.

Ahora comprenderá el enfado de Galletitas, no le gusta que lo llamen trastorno ni afección…

Impío, horrendo, azote de mentes, devorador de almas...Sí son piropos validos.  ¿En serio quieres que escriba esto? le pregunto a  Galletitas, me responde amablemente  retorciéndome los dedos de los pies, entiendo que es un “si”.

Últimamente esta teniendo más dominio de partes de mi cuerpo, ojo no me quejo, es bastante práctico, con un par de cracks… el cuello queda como nuevo, adiós torticolis, pero he tenido que advertirle que lo normal es que los ojos no terminen mirando a la espalda- jijijiji rie Galletitas- al recordar la cara de susto del niño que estaba sentado detrás nuestro asiento en el tren, cuando amablemente, le dijimos que dejara de dar pataditas al respaldo…mano de santo, dejo de darlas.

Perdón, nos vamos por las ramas, querido Lamont C, ¿Qué deberíamos hacer?, ¿Aceptamos o rehusamos la invitación de asistir al Centro de Bienestar Markham?, ¿Por qué ahora después de tantos meses?.

Estamos desconcertados, esperamos ansiosos su sabio consejo, gracias de antemano S y G.

P.D: Si necesita una sesión de masaje descontracturante, Galletitas se ofrece encantado, tiene experiencia manejando carne y  huesos.

Para: Lamont C.

Asunto: Vida normal 😉 😉 

Querido Lamont C., después de escuchar su sabio consejo y las advertencias de las demás voces, creo que lo mejor que podemos hacer es declinar, de momento, la invitación  del Centro de Bienestar Markham, por lo menos hasta que Galletitas y yo hayamos indagado un poco más sobre el propio centro, sobre el infame Eustaquio Hollow... nos asalta la duda  ¿los otros supervivientes habrán recibido la misma invitación…?.

Galletitas no comparte del todo esta decisión, dice que a él no le pasaría nada si me torturasen, pero no tiene garantías a él no lo devolvieran a su plano...no le apetece, dice que allí se aburre muchisíííímo,  y que lo metan en otro cuerpo, no le seduce mucho, dice que en su actual estado le costaría manejar un nuevo cuerpo, creo que me ha tomado cariño- jua, jua, jua ríe Galletitas- al escucharlo se me han puesto los pelos como escarpias.

Galletitas ha accedido, a regañadientes,  a hacer memoria sobre el Necronomicón, pero tiene bastantes lagunas, y cabreo, a partes iguales, cree que la invocación  fue una chapuza, dice que los nuevos no saben invocar como antes, eso si eran invocaciones, ya no se sacrifica como antes…– babea al recordar un tiempo mejor, es como si mil gusanos  resbalaran por mi mente.

Le iremos informando de todo lo que vayamos averiguando, atentamente S y G.

P.D: Por cierto, nos olvidábamos de decirle, que hemos trazado un plan perfecto, sin fisuras, para parecer, guiño, guiño “normales”, vamos a interactuar con otros seres humanos,  ¿pues que hay más normal que apuntarnos  a una web de citas?. Deséenos suerte.

He escrito con mis manos inmortales todas las aventuras que este cuerpo me ha dado. En muchas ocasiones lo he perdido todo, menos lo que no me dejan perder, la vida. He escrito y seguiré escribiendo, pase lo que pase, porque todos merecemos saber, y las cosas que yo descubro deben, más qué ninguna, ser sabidas por todos.

Mi nombre es Claire de Romanus y nací en Irlanda en 1884. Mi padrino, el hombre que me crio me concedió muchos dones, aunque la inmortalidad, que el también poseía, no fue uno de ellos, eso forma parte de otra historia. Si me enseñó las artes de las que ahora me valgo para hacer mis descubrimientos, la brujería. Disfruto de un numeroso elenco de hechizos y otros tantos rituales, aunque ninguno de ellos puede darme la inmortalidad ¿He dicho ya que eso forma parte de otra historia?

Durante los últimos años de mi vida he descubierto una herramienta que cada vez resulta más interesante. Internet. En ella he podido encontrar desde información hasta otros buscadores de la verdad como yo, y fue en uno de estos foros donde pude encontrar la última fuente de mi obsesión, El Necronomicón. He de decir que conozco desde hace mucho tiempo la leyenda que rodea a este libro, y siempre había pensado que se trataban de cuentos de anticuarios y prestamistas para sacar tajada de incautos coleccionistas. Pero los avezados internautas del foro de Profundis han dado con algunas claves que podrían ser cruciales. Comienza una nueva aventura.

El gourmet  tentacular

Blog de comida : críticas gastronómicas, recetas, maridajes, productos y lugares donde echar un bocado.

Sabéis,  que me encanta recomendaros sitios donde no solo comais bien, sino que tenga un je ne sais quoi,  por que como siempre os digo “no sabemos cuando será nuestra última cena”.

La Ostra Azul, parecía cumplir mis más altas expectativas, ubicado en el malecón con vistas al mar, donde te podías deleitar con un copa de un buen vino mirando la puesta de sol en absoluta paz, aunque si es cierto, que los precios no son para todos los bolsillos

Pero los incidentes de la última semana hacen que el lugar pierda esa paz, durante una comida de empresa, uno de los directivos apuñaló a su secretario en la mano con un tenedor,  al día siguiente un camarero fue atropello  por un cliente descontento, así como,  las diversas escenas de discusiones  de parejas propias de un reality show con gritos, reproches, guantazos y apuñalamientos con diversos enseres de cubertería, incluyendo cucharillas de postre.

Pero lo más pintoresco fue, cuando ayer noche,  una mujer secuestró a tres pulpos que la Ostra Azul tenía para exhibición y consumo, en mi humilde, opinión esa mujer es una heroína, seguro nos salvó de una posible  intoxicación, varios de los clientes aseguraron que uno de los pulpos parecía enfermo, ya que tenía un extraño  tono verdoso,  que iba desde color verde musgo a color verde albahaca seca. ¿Cuántas viandas nos habrán servido en mal estado?

Espero que una inspección sanitaria aclare este asunto.

La semana que viene os hablaré de El Necroñamñamñam …recetas de otros planos.

Nos vemos al otro lado…de la mesa

Vuestro siempre, Deriper

Sanidad cierra la marisquería La Ostra Azul.

Una posible intoxicación alimentaria como  origen de los nueve incidentes protagonizados en la marisquería La Ostra Azul en la última semana.

El último incidente fue protagonizado ayer,  cuando una mujer con iniciales S.M.  protagonizó el singular secuestro de tres pulpos, huida y liberación al mar de los mismos.

Un par de testigos han declarado a este periódico  que oyeron a la mujer gritar: “ya corro…tu primo me ha mordido”.

Parece ser que el motivo de este peculiar secuestro era liberar  a uno de los pulpos  que parecía estaba enfermo.

Una de las camareras ha descrito a uno de los pulpos como: “ el pulpo más feo que he visto en mi vida, feo, feo, su piel era de color del agua estancada y esos ojos, he tenido pesadillas con esos ojos”

De igual forma, varios clientes han declarado que había algo extraño en el ambiente que despareció cuando la mujer huyo con los pulpos.

Las autoridades siguen investigando tan extraño incidente.

T.I.P

Para: Lamont C.

Asunto: Nada de vida normal.

Querido Lamont C.,  nuestro plan de parecer “normales”, teniendo una cita, ha  fracasado estrepitosamente.

Desconocemos, si habrá leído u oído,  las noticias sobre una mujer, que el pasado fin de semana, secuestró a tres pulpos, aunque yo no lo llamaría secuestrar, sino liberar a dos pulpos y al parecer, a un familiar de Galletitas, sin ánimo de ofender a la familia de Galletitas, era más feo que  un horror.

Por suerte, pude lanzar los pulpos al mar,  justo en el momento que un policía ,no tuvo  más remedio, que hacer uso del Táser para inmovilizarme, Galletitas le gustó la descarga eléctrica, dice que deberíamos repetirlo, que sintió algo así, como, algo orgásmico, huelga decir que me dio bastante repelús el oírlo.

Lo peor no fue la descarga, sino el tremendo mordisco, del grandísimo hijo de un horror, Galletitas dice que no se lo tenga en cuenta a su familiar, que solo intentaba meterse en mi cuerpo y…por ahí no paso, ya es bastante tener un okupa en mi mente, Galletitas no dice nada, solo gruñe -hace que me rechinen los dientes- como para que cualquier criatura invada mi cuerpo, así como así, a este respecto me ha dado la razón, Galletitas dice qué si alguien tiene que corromper mi carne y torturar mi mente, ya esta él, ¿gracias?.

Después de darme siete puntos, pincharme  la antitetánica y alguna cosa más, nos trasladaron a  la comisaría, Galletitas estaba dándome “ánimos” mentalmente sobre que no pasaría nada si el brazo empezaba a descomponerse, si se engangrenara, etc., que casi no nos damos cuenta, cuando el policía  que cotejaba  nuestros datos en el ordenador,  dejó de manera súbita de teclear, nos miró y salió de la habitación, móvil en mano.

Aprovechando que no había nadie cerca y con la mano libre que no estaba esposada, giramos el monitor para  ver una alerta que decía:

 “Avisar señor Oriol del bufete de Abogados Whateley, Randall & Sánchez” .

La  “A”  de abogados, eran dos triángulos solapados en su parte izquierda (le adjunto un dibujo), me sonaba de algo cuando la vi en la carta y ahora…

Nos asaltó la duda si deberíamos huir, Galletitas me animó a que me mordiera la mano para liberarme de las esposas, por suerte, la voz de la inspectora Díaz, interrumpió la didáctica  y colorida clase “de como desmembrarse a uno mismo a base de mordiscos”, para alivio de  mi estómago.

La Inspectora Díaz, fue la encargada de llevar la investigación de lo sucedido en el Club Morsanima, después de unos minutos de charla banal, y justo, cuando bajó un poco más la voz, como para decirnos algo importante, se interrumpió de golpe, sus ojos se clavaron en alguien que  entraba por la puerta, el policía,  que nos había dejado casi media hora antes, caminaba detrás de él.

La Inspectora Díaz nos dijo, casi en un susurro, “la puedo ayudar”.

¿Ayudar?, no tuvimos tiempo de pensar sobre ello, cuando nuestro pulpito interior, reaccionó provocándonos un súbito escalofrío. Galletitas se retrajo al fondo de mi mente, él dice que no se escondía, que se agazapaba como un gato para saltar sobre su presa, mi mente se quedó en silencio,  eso era inusual, Galletitas  nunca perdía la oportunidad de meter baza.

Me giré como pude en dirección a la puerta, quién fuera, había creado bastante expectación, varios policías  lo seguían con la mirada , y no de manera amistosa.

El extraño, se fue acercando a nosotras sin perder la  sonrisa en la cara.

Se presentó, allí estaba, el señor Jeremías Oriol del bufete de abogados Whateley, Randall & Sánchez, intercambió unas pocas palabras con la Inspectora Díaz, para acto seguido inclinarse hacia nosotros, sentimos su aliento en mi mejilla, y con un tono de voz, que hubiera congelado el mismísimo infierno, nos susurró: “siempre estamos con usted, a cada paso que dé… creo que ya  es hora que nos devuelva lo que no es suyo”.

La verdad, es que fue literal, ya fuera por la tensión, los calamares de la cena o el mordisco del hijo del grandísimo horror, cuando, sin previo aviso, todo el contenido de mi estómago, incluso cosas que no recordaba haber comido, acabaron  encima de los caros zapatos del abogado.

Y allí, en medio del vómito, algo vivo, se retorcía …¿Galletitas?.

Los siguientes minutos fueron vertiginosos, alguien me había quitado las esposas y me empujaba hacia la puerta, intente resistirme como pude...mire hacía atrás,  a tiempo de ver como el señor Oriol se agachaba y …

                                                                                            ¿Continuará?

Continuación:

...miré hacía atrás,  a tiempo de ver como el señor Oriol se agachaba y recogía algo que se retorcía en el vómito, lo envolvió en un pañuelo, y con sumo cuidado,  lo guardo en una caja. ¿Galletitas?.

Intenté liberarme de la inspectora Díaz para ir por Galletitas, pero esta, me noqueó.

Lo siguiente que recuerdo, es que iba en su coche con un par de servilletas metidas en los agujeros de la nariz  y llorando a moco tendido, por Galletitas y por el dolor de nariz que tenía.

Cuando estaba apunto de mandarla a la mierda, dejó caer de  golpe en mis rodillas, una pesada carpeta color marrón. Una etiqueta manuscrita decía:

Caso Morsanima: Pendiente. No oficial.

Desconcertada, abrí la carpeta.

Nada más  abrirla, me topé con la foto de un joven de unos veinte años,  tardé unos segundos en reconocerlo, el rictus de  miedo en su cara, y las lágrimas, me habían hecho difícil reconocerlo a la primera.  

Era Arturo,  uno de los supervivientes del Club Morsanima. No recordaba  mucho él,  solo  que era muy tímido y  que  trabajaba en una librería, ahora no recuerdo donde.

La carpeta contenía el informe forense, notas, fotos, etc.

Le hago un resumen de lo que recuerdo:

“Causa de la muerte: Suicidio…sobredosis por ingestión de ansiolíticos….”

Una nota de la inspectora decía:

“Su familia comentó que había padecido episodios de paranoia, depresión…pero desde que había vuelto del Centro de Bienestar Markham era un hombre nuevo, sereno, alegre…no se explican porque se suicidó, había vuelto a trabajar…”

Otra foto,  mostraba la nota de suicidio, que consistía en una hoja de un periódico antiguo garabateado con lo siguiente: 

“No puedo más, el señor Calcetines no me deja tranquilo, me susurra, me susurra…solo quiero silencio, SILENCIO, SILENCIO, SILENCIO….” .

La inspectora no desaprovechó el viaje, me preguntó por el Centro de Bienestar Markham, por el Señor Oriol,  por el Señor Calcetines… la verdad es, que no puede añadir más a lo que ya sabía, sin embargo,  no mencioné nada del Impío Libro, ni lo que ocurrió realmente en el Club Morsanima, ni de Galletitas, por si acaso.

Me dejo en el portal de mi edificio,  con la seria advertencia de que no me acercara al señor Oriol. 

En el ascensor, pensaba en todo lo que le estarían haciendo a Galletitas, cuando vi mi reflejo en el espejo.

 - Juajuajuajuajua. Pareces   algo que haya vomitado unos de mis primos jua jua…Galletitas estuvo todo el tiempo que permanecimos en el ascensor partiéndose de risa, ni que decir tiene, que no me hizo gracia.

Cuando dejó de reírse, y con la cabeza apunto de estallarme,  Galletitas comenzó a contarme  que,  antes de ver al señor Oriol, sintió que algo tiraba de él… una sensación similar a la noche en la que “nos conocimos”,  lo único que pudo hacer fue agazaparse, que no esconderse,  en el fondo de mi mente.  Galletitas dice, que aprovecho el tiempo para cotillear en mis más profundos recuerdos jijijijiji, no me da mucha tranquilidad escuchar eso.

Galletitas también dice que menos mal que apareció el señor Oriol, que el hijo del grandísimo horror de su primo, me había “infectado”, Galletitas continuó alabando a su pariente por la rapidez con lo que la había  hecho, jijijji, ¿en serio?, cuando  le pregunté que hubiera  pasado de no vomitarlo, Galletitas, con su voz más  cavernosa, dijo: No quieras saberlo, humana. A continuación comenzó a reírse. Lo he oído reírse de muchas maneras,  pero esta vez sentí  miedo.

Cuando  pensábamos que todo había terminado, allí estaba, prendida en la puerta de nuestro piso un sobre.

La carta estaba escrita con una elegante letra, que decía  así:

Después de leer la carta y discutir, sobre poner o no un sistema de seguridad, Galletitas y yo, hemos llegado a la conclusión de que necesitamos algo más,  disuasorio. -jijijiji- Galletitas  ha dicho que conoce a alguien en este plano, ¿plano?, pero no se acuerda de su número WhatsApps,  así que tendremos que hacerlo a la antigua, con un ritual.

Le contaremos como ha salido, espero que la ayuda no sea un pulpo, Galletitas  dice que es mejor que un pulpo, mucho mejor, jaja ja.

P.D: Le mando una foto de la nota de suicidio.

Estimado Lamont C, la búsqueda del libro impío esta siendo más ardua de lo que pensábamos, Galletitas está que arde de ira, no es una metáfora, me he tirado una semana con treinta ocho de fiebre. Galletitas no comprende porque se guardan para sí el manuscrito, “acaso él, no es una pobre  criatura que merece andar entre nosotros” dice con su tono más lastimero que suena igual que cuando te atragantas y no puedes respirar-jijijiji.

En fin, nos hemos enterado que el próximo sábado se reúnen  adoradores del tentáculo en la capital, hemos decido ir e intentar averiguar si alguien conoce el paradero del libro.

Se que le debemos el relato de nuestra invocación, pero por desgracia he tenido que volver a trabajar para mantenernos, Galletitas dice que eso es una excusa, que el se alimenta de dolor, angustia o pesadillas, me parece estupendo, pero yo no, además si quiere que le pague Netflix para ver las series coreanas tengo que trabajar y para colmo, ahora tengo que alimentar a nuestro sistema de seguridad, sinceramente pensé que sería otra cosa, pero la verdad es que es una preciosidad de gata, cuando pienso esto, Galletitas ríe como un loco y me dice con su voz cavernosa “espero que nunca la hagas enfadar”…jajaja, la gata se llama señorita Vlad.

Esperamos  que la próxima vez tengamos más información . S y G.

P.D: Galletitas dice que si tiene algún enemigo no dude en decírnoslo, la señorita Vlad con gusto se encargaría de su enemigo, de vez en cuando tiene que variar de dieta.

Estimado Lamont C., Galletitas está convencido de que alguien aprovecho nuestra ausencia, cuando asistimos a la ilustre reunión de tentáculos, para entrar en casa, no se exactamente que hizo la Señorita Vlad para deshacerse del intruso, pero Galletitas me ha sugerido que durante una temporada será mejor que pongamos a dieta a la Señorita Vlad, jijijiji y que él no piensa limpiar el arenero, ya que “el hedor a maldad de esa criatura supera con creces las flatulencias de uno de sus tíos”, para ser Galletitas una suerte de criatura de pesadillas, es bastante tiquismiquis con los olores.

Lo único que hemos notado, de momento,  es que falta  la carta de invitación al Club Mors Anima de la noche en que Galletitas apareció en mi vida, creo que sea emocionado de recordarlo, ya que noto algo húmedo en mi cerebro o eso, o me esta dando un derrame, no lo tengo muy claro jijijijiji Galletitas se ríe.

Otra cosa, como lo prometido es deuda, le incluimos una parte del proceso de Invocación de la Señorita Vlad, como recordará después de vomitarle al Señor Oriol un pariente de Galletitas, decidimos tener un sistema de seguridad.

Un pensamiento de Galletitas se filtra hasta mi cuando piensa en el Señor Oriol “le desgarrare como si fuera una sábana vieja” jajajajajajaja.

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Punto de vista de Smooky.

Cuando Galletitas me explicó que necesitaba un mechón de mi pelo,  un pollo, un trozo de pizza con piña, un espejo,  mi sangre y una vela especial, pensé que me estaba tomando el pelo, eso unido al hecho de que no paraba de hacer ruidos UMMMM, ARRRG, RAPAPAPA, etc. no ayudó mucho a que me lo tomara en serio, según él estaba aclarándose la voz ¿Qué?...

Sinceramente, no entiendo que manía tienen los rituales de invocación con la sangre, me tuve que hacer un corte en la palma de la mano, ¿sabe lo que duele? y trazar un extraño símbolo, que obviamente a la primera no salió,  sobre un triángulo cuyos vértices eran mi mechón de pelo, el pollo (que empezaba a oler un poquito) y el trozo de pizza con piña, en su interior, estaban el espejo y encima de él, la vela de lavanda que daba un poco de luz a la estancia, y porque no decirlo, buen olor, aunque a medida que pasaba las horas comenzó a mezclarse con el olor de pollo, él cual comenzaba a adquirir un tono verdoso.

Mientras miraba fijamente la llama de la vela tuve que recitar algo que sonaba como si intentaras pronunciar los muebles del Ikea con la boca llena de Huvudrolles (las albóndigas suecas)  a la vez que sentía un dolor igual a cuando te pellizquen un pezón y no de manera cariñosa…no sé si fue por mirar fijamente la vela, la perdida de sangre por repetir el puñetero símbolo varias veces que todo se volvió negro, no sé si me desmayé o Galletitas hizo una de las suyas, lo último que recuerdo antes de despertarme en el suelo con dolor de garganta y fiebre, fue la voz de Galletitas decir “Señor de Amarillo…” Galletitas se ríe, ¿Qué hizo cuando estuve ausente?

¿Continuará?

P.D: Seguimos buscando el Necronomicón, pero sentimos que a nuestro alrededor hay algo extraño ¿Qué nos recomienda que hagamos que prosigamos con la búsqueda del impío libro o que averigüemos que está pasando con el Señor Oriol y el Señor Calcetines? Como siempre esperamos su sabio consejo S y G.