Una primera carta es siempre el detonador de la partida. Las menciones a lugares, situaciones y personajes permitirán a otros miembros de la comunidad adherirse a ese pequeño relato originario, a partir del cual se irán desplegando otros personajes y situaciones.

La historia se puede ir cerrando o quedar abierta si las cartas que la conforman así lo disponen. Puede que alguien escriba una carta y hasta pasadas varias semanas o meses no vea su historia continuada... Todo esto es parte de la arquitectura del juego, por eso no debe preocuparnos demasiado que no todo quede cerrado, que no todo sea instantáneo o que nuestra historia sea transformada por otro jugador de forma distinta a como la teníamos pensada. Lo más importante es que disfrutemos interpretando y escribiendo y dejemos que la imaginación fluya.

Es bueno revisar, por ejemplo, el concepto del cadáver exquisito o el juego de psicodrama tradicional para entender que la dinámica de De Profundis, es ante todo comunitaria. Lo mejor de todo es que pondrá también a prueba nuestras dotes de escritura, servirá como taller de lectura y narrativa y no requiere de nosotros una habilidad especial. Se trata más bien de un camino de aprendizaje en el que podremos exponer también nuestros textos y disfrutar de la buena compañía.